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Jueves, 05 Marzo 2020 09:37

Complicidad y tráfico de influencias para autorizar la MIA a “Residencial Garza Blanca” durante el sexenio de Felipe Calderón

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Por Jorge Olmos Contreras

Para que el empresario Fernando González Corona lograra que la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnap) le autorizara la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) con la finalidad de poder a llevar a cabo el millonario proyecto turístico inmobiliario denominado “Residencial Garza Blanca”, se tuvieron que conjugar una serie de complicidades, conflictos de interés, tráfico de influencias y omisiones donde participaron funcionarios federales y municipales, así como el mismo presidente de la República en el periodo 2006-2012, Felipe Calderón Hinojosa.

Para poner en contexto al lector, Fernando González Corona fue diputado federal durante el gobierno de Vicente Fox Quesada –incluso fue el presidente de la Comisión de Turismo—y desde entonces ya traía en mente desarrollar un proyecto en las montañas de Puerto Vallarta, al grado de que se congració con el siguiente presidente de México, Felipe Calderón, para llevar a cabo su plan.

Y es que Felipe Calderón Hinojosa apenas llevaba dos años y tres meses en el cargo cuando en Jalisco, la delegación de la Semarnat –presidida en ese entonces por José de Jesús Álvarez Carrillo—autorizó, el 11 de marzo del año 2009, la MIA identificada con la clave 14JA2008UD072 (promovida por Luis Fernando González Corona) en favor del desarrollo “Residencial Garza Blanca”, según el oficio SGPARN.014.02.01.01.318/09, cuya copia fue solicitada por el columnista vía Ley de Transparencia.

LA MARAÑA

Fue toda una maraña de complicidades y tráfico de influencias las que se conjugaron para que el también ex presidente municipal de Puerto Vallarta pudiera obtener la Manifestación de Impacto Ambiental para su depredador desarrollo, y aunque “condicionada”, la MIA le fue entregada en menos de seis meses, desde su solicitud el 07 de octubre del 2008 al 11 de marzo del 2009, fecha en que le extendieron el documento debidamente firmado, libre de polvo y paja.

En estas complicidades y tráfico de influencias jugaron un papel de primer orden el ex alcalde panista –y hoy empleado del mismo González Corona—David Cuevas García y la entonces senadora de la República, Eva Contreras Sandoval, que como ya todos saben y es del dominio público, es la esposa del señor González.

Pero no solo ellos, también jugaron un papel determinante el entonces subdelegado de la Semarnat en Puerto Vallarta, Jesús Manuel Díaz Zurita (periodista que durante muchos años fue el asesor de cabecera de González Corona) y el jefe de éste, el delegado en Jalisco de la misma dependencia que otorgó la MIA, José de Jesús Álvarez Carrillo.

Fernando supo acomodar muy bien sus piezas para que nadie se interpusiera en su camino u objetara el desarrollo “Residencial Garza Blanca” --que se construye en una superficie de 130 mil 017.24 metros cuadrados en un predio que mide 408 mil 896.52 metros cuadrados y que consta de 178 unidades distribuidas en 20 edificios con ocho viviendas unifamiliares, SPA, Club de Tenis, albercas, áreas de servicios, construcción de vialidades y banquetas-- toda vez que logró colocar a su esposa Eva Contreras como suplente del ex gobernador de Jalisco, Alberto Cárdenas Jiménez en el senado de la República.

EL CONFLICTO DE INTERES

Así las cosas, Eva Contreras se convirtió en senadora titular al pedir licencia Alberto Cárdenas Jiménez, por lo que ocupó una curul en la llamada Cámara Alta del primero de agosto del 2008 al primero de septiembre del 2009, justo en el tiempo en que la Semarnat Jalisco expidió sin problema alguno la MIA a su marido Fernando González Corona.

Lo más increíble es que Eva Contreras fue secretaria de la Comisión de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca del senado de la República, del 28 de octubre del 2008 al 31 de agosto del 2009; es decir, la señora senadora, lejos de cuidar los intereses ambientales y los recursos naturales de la Nación, fue omisa y cómplice del proyecto de la MIA que la Semarnat otorgó a su esposo; en otras palabras, cayó en un auténtico conflicto de interés, pero no le importó, pues la inversión de su cónyuge se presume por arriba de los 150 millones de dólares.

Todavía peor, Eva Contreras también fue secretaria de la Comisión de Desarrollo Regional del senado e integrante de la Comisión de Turismo, o sea tenía todas las herramientas a su alcance para objetar un proyecto depredador que ahora avanza a pasos agigantados en Puerto Vallarta; y no lo hizo, porque es claro que obedecía las órdenes e indicaciones del marido.

Todas estas acciones que tienen cierto olor a corrupción se hicieron durante el periodo de Felipe Calderón Hinojosa, que hoy, sin el menor asomo de vergüenza, quiere regresar a la política junto con su esposa Margarita Zavala.

LOS COMPLICES

Y si nos trasladamos a Puerto Vallarta, aquí también hubo omisos y cómplices, como el entonces presidente municipal, David Cuevas García (impuesto por el mismísimo González Corona cuando le dijo “¡ahuevo David, tu vas! y lo hizo candidato del PAN primero, y alcalde después, haciendo a un lado a un hombre un poco más honesto, a Ignacio Guzmán García, que tuvo que conformarse con ser presidente interino solo por unos meses), quien ni siquiera se tomó la molestia de responder un oficio que le envió la Semarnat donde solicitaba la opinión técnica del Ayuntamiento acerca del proyecto “Residencial Garza Blanca”.

David Cuevas García fue alcalde de Vallarta entre los años 1998 y 2000, por lo que la delegación de la Semarnat, el 14 de octubre del 2008, le solicitó al Ayuntamiento –también a la Secretaría del Medio Ambiente para el Desarrollo Sustentable (Semades) de Jalisco y a la Sedesol—su opinión técnica respecto al desarrollo de Fernando González, pero el gobierno municipal no contestó dicha solicitud, ni tampoco las otras dos dependencias, se puede leer en un documento cuya copia está en poder del reportero.

En este sentido, el delegado de la Semarnat en ese entonces, José de Jesús Álvarez Carrillo, afirmó que la delegación federal a su cargo integró el expediente del proyecto y puso la MIA-P correspondiente a disposición del público en el archivo de la dependencia ubicado en la avenida alcalde número 500 segundo y octavo piso de la colonia Alcalde Barranquitas, en Guadalajara.

Y como transcurrido el plazo de ley no se recibió la opinión de las instancias señaladas –ni alguna objeción del público--, la Semarnat procedió a determinar lo conducente, es decir, a autorizar la Manifestación de Impacto Ambiental.

PARA QUE NO SE OLVIDE

Y para que a nadie se le olvide quiénes son los actores políticos que formaron parte de esta posible telaraña de complicidades y corrupción, debemos recordar que el periodista Jesús Manuel Díaz Zurita fue quien llevó la campaña de Fernando a presidente municipal en 1995, e intentó llevarlo a Gobernador. Posteriormente lo nombraron delegado de SEMARNAT en PV y curiosamente cuando lo dieron de baja, él siguió funcionando, hasta que demandó a la dependencia federal por supuesto despido injustificado y logró que años más tarde le pagaran más de un millón de pesos por salarios caídos.

Curiosamente y durante muchos años, Tribuna de la Bahía –el desaparecido diario impreso de Fernando--, publicaba una página completa a color todos los días, donde señalaba que “sin montaña no había vida”, relacionando gran cantidad de animales que desaparecerían si se destruían los cerros. Esta publicidad aparecía precisamente en los tiempos en que Eva Contreras fue senadora, lo cual refleja una simulación y una insultante incongruencia de los esposos González.

Ahora bien, tampoco hay que olvidar que Fernando González Corona primero compró al señor Carlos Osuna el terreno de playa donde construyó su residencia tipo Taj-Mahal; y que después rescató del embargo el proyecto de Garza Blanca de la norteamericana Mary Cutin, a la que habría defraudado impunemente el sedicente abogado y bróker inmobiliario, Francisco Ancona Infanzon (quien alguna vez fue presidente de la Coparmex en Vallarta).

Menos hay que dejar en el olvido que Fernando González Corona, después de ser presidente municipal de Vallarta le encargó a su sucesor, a David Cuevas García, que intercediera como Agente inmobiliario para tratar de comprar tierras, limpiarle el camino y poder sacar adelante el proyecto “Residencial Garza Blanca”.

Fue así como David Cuevas convocó a más de 10 juntas en el salón de cabildo del Ayuntamiento con el representante de la Secretaría de la Reforma Agraria (SRA), el Director de Asuntos Agrarios, ejidatarios y pequeños propietarios de las ex Haciendas de Quimixto y Unión en Cuale, (Palo María) para convencerlos de enajenar, pero al fracasar por existir una Resolución de la Segunda Sala de la Suprema Corte en favor del verdadero dueño de los terrenos aledaños, lo que hizo después Fernando fue sacar la chequera y comprar fracciones de Palo María a Los Chapa, los Osuna y otros.

Por hoy hasta aquí dejamos el escrito, pero en otro espacio, vamos a revelar los detalles de la Manifestación de Impacto Ambiental “condicionada” que le fue otorgada al señor González y el daño que se ha ocasionado a la flora y fauna de la región.

 

 

 

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