Los muchachos desaparecidos son Ernesto Quinard Valdez y Martín Hernández Valdez de 30 y 32 años respectivamente. El primero es hijo de la señora Esthela Valdez de Quinard, propietaria del bar “Las Antorchas”, en donde el joven Neto conoció a Reyna Mejía García, una mujer que ofrecía sus servicios en dicho establecimiento.
La familia de Ernesto Quinard se opuso a que él anduviera con Reyna Mejía, que eso no era posible, que ella trabajaba en el bar, etc. Ante la presión, el romance se terminó.
Sin embargo, y contra la oposición de la familia, Ernesto continuó en secreto con el noviazgo de Reyna Mejía; pero de pronto, ella se fue de Puerto Vallarta a su pueblo natal, Coyuca de Benítez y ya instalada allá, le llamó a Neto para informarle que supuestamente estaba embarazada y que pronto nacería su hijo, por lo que le pidió que fuera hasta Guerrero para ver el alumbramiento de su primogénito.
El domingo 17 de mayo, Ernesto Quinard le pidió a su amigo Martín Hernández que, si lo acompañaba a Coyuca, puesto que, según ella, ya iba a nacer su bebé, a lo que Martín accedió, sobre todo porque él, Martín, también sostenía un noviazgo con una hermana de Reyna.
Así las cosas, los jóvenes salieron muy temprano de Puerto Vallarta en un vehículo compacto color blanco ese domingo; se fueron costeando por la carretera a Barra de Navidad hasta llegar a Manzanillo y de ahí enfilaron rumbo al sur. Llegaron por la tarde a Coyuca de Benítez y Ernesto de inmediato le llamó a Reyna Mejía, según la conversación que Neto tuvo con su hermano Enrique, a quien le llamó a Puerto Vallarta para contarle los detalles de cómo le había ido. En la charla con Reyna, ésta le comentó al novio que se quedaran en la plaza de Coyuca, que ella no podía ir porque estaba a punto de dar a luz, pero que iban a pasar por él y su amigo unas personas.
A partir de este momento, ya no se supo nada de los dos jóvenes vallartenses. La última ubicación que señala el teléfono celular de Ernesto Quinard es una especie de granja que al parecer es propiedad de la familia de Reyna Mejía.
Por estos hechos, la señora Esthela Valdez y su hijo Enrique interpusieron una denuncia por desaparición de persona en la Fiscalía de Guerrero en Acapulco el 25 de mayo, pero hasta ahora los muchachos no aparecen.
Con horror, la mamá de Neto supo después que encontraron el automóvil blanco de su hijo en un camino rural totalmente incinerado, pero no había rastros de los jóvenes.
En este contexto, las familias de los dos vallartenses desaparecidos piden a las autoridades de Guerrero que ahonden en las investigaciones, están desesperados, las madres sufren, al igual que los hermanos y amigos, pero la Fiscalía de aquella entidad no ha dado resultado alguno, sólo difundieron las fotografías de Ernesto y Martín en redes sociales, pero de ellos no se sabe nada, es como si se los hubiera tragado la tierra.
Tanto la familia de Ernesto como uno de sus abogados sospechan que Reyna Mejía y su hermana están implicadas en la desaparición de los dos jóvenes, toda vez que Reyna fue quien los citó a Coyuca de Benítez, no pasó por ellos como prometió –puso de pretexto un supuesto embarazo--, pero sí dijo que iban a ir por ellos unas personas.
Se cree que Reyna Mejía pudo haber hecho algo en contra de Ernesto por el rechazo que su familia mostró en contra de ella, que quizá inventó lo del embarazo para atraer al joven vallartense.
En el caso de Martín, él solo acompañó a su amigo y ahora también está desaparecido.
