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Viernes, 23 Octubre 2020 01:21

Terror en el paraíso, el caso de Kathleen Phelps, norteamericana desaparecida en Puerto Vallarta desde abril Destacado

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Por Jorge Olmos Contreras

Un caso más de desaparecidos en Jalisco es el de Kathleen June (Weber) Phelps, también conocida como “Kathy Phelps”, una ciudadana estadounidense que tiene una casa en la calle Jamaica de la colonia 5 de Diciembre de Puerto Vallarta y cuyo último contacto con sus amigos lo tuvo en el mes de abril pasado.

Kathleen se relacionó con un mexicano de nombre Franco que, a la postre, se quedó con la residencia de la norteamericana y a quien señalan como el principal sospechoso de la desaparición de esta mujer, según una denuncia interpuesta por un familiar de ella en el Área de Investigación de Búsqueda de Personas Desaparecidas de la Fiscalía Regional de Justicia.

Sin embargo, en más de cinco meses las investigaciones en torno a la desaparición de Kathleen no avanzan, pese a una serie de datos como correos electrónicos, fotografías y capturas de pantalla --que pudieran ser importantes evidencias-- que fueron entregados al Agente del Ministerio Público que lleva el caso.

Lo más sorprendente es que ni la presión del consulado norteamericano ha servido para que las autoridades ministeriales de Jalisco resuelvan este asunto y den con él o los responsables de la desaparición de Kathleen y su paradero.

TARA SHORT, EL PRIMER CONTACTO

De acuerdo con un primo de Kathleen, en junio del 2019 una mujer de nombre Tara Short, de origen canadiense –la contactó por Facebook por un anuncio que ella puso donde buscaba una persona que le ayudara a rentar un departamento de su casa y cuidar a sus mascotas mientras iba a Estados Unidos-- le presentó a la hoy desaparecida a un sujeto de nombre Franco, quien supuestamente era novio de Tara.

Así las cosas, Kathleen estaría fuera de México de junio a agosto del 2019, tiempo en el que Tara se quedaría al cuidado de la casa y de manejar el negocio de renta de cuartos vía Airbnb, pero se llevó a vivir con ella a su novio Franco.

La estancia de Kathleen en Estados Unidos se extendió hasta los meses de septiembre y octubre debido a una operación de hombro y en ese tiempo Tara y Franco siguieron quedándose en la casa de la calle Jamaica número 1325; el 08 de octubre la norteamericana le envió un correo a la esposa de su primo David Brown que vive en Indianápolis, donde le decía que, si algo le pasaba el día de la intervención quirúrgica, Tara se encargaría de su casa y sus mascotas.

El 29 de octubre, Kathleen regresó a Puerto Vallarta y se encontró con que Tara estaba viviendo ahí junto con su novio Franco, y que además éste había despedido al trabajador de limpieza y jardinería, porque según le dijeron a ella, Franco se encargaría de estas labores.

LA SEDUCCIÓN

A mediados de diciembre, una amiga visitó a Kathleen y en una conversación por Messenger le comentó a la esposa del primo que le pareció ver que Franco estaba seduciendo a Kathleen y que ella dijo que tenía un mal presentimiento sobre este hombre.

No obstante, Kathleen accedió a convivir con Franco en su propia vivienda y hasta fue a una cena de navidad el 24 de diciembre a la casa de los padres de él, día en que posteó una fotografía en su muro de Facebook, en el sentido de que el papá de Franco había hecho una cena deliciosa.

Para enero Franco ya se había ganado la confianza de la norteamericana y hasta la acompañó al Hospital Regional, donde Kathleen fue a atenderse una infección estomacal. En los primeros días del 2020 la estadounidense le comentó a su prima política por Messenger que “alguien” la estaba cuidando en el hospital.

Posteriormente, Marcia N (la prima política de Kathleen) afirmó que la contactó Tara Short para informarle que ya no era pareja sentimental de Franco y que él se había quedado a cargo de Kathleen.

EL JUEGO DE FRANCO

Ahora bien, entre el seis y siete de enero en que la norteamericana estuvo en el Hospital Regional, una mujer canadiense que también llevó a su esposo a revisión médica y que la conocía, manifestó que vio a Kathleen doblándose de dolor y que la acompañada un joven mexicano, pero que le pareció ver que al muchacho no le preocupaba el estado de salud de ella, que tomó el celular de Kathleen y se alejó para después subirse a la camioneta de esta.

Después, la amiga de Kathleen que la vio en el Hospital dijo que fue a la casa de ella para saludarla y ver cómo estaba de salud, pero que al tocar la puerta abrió una joven mujer que le informó que ella no se encontraba ahí.

Sin embargo, días después –aproximadamente el 15 de enero-- regresó a buscar a Kathleen en compañía de una amiga y las dos entraron a la casa, donde pudieron percatarse que la estadounidense se encontraba mejor de salud, pero que Franco y la joven mujer mexicana no se separaban de ella, como que la estaban cuidando o vigilando para que no dijera algo inapropiado, lo que les pareció muy extraño.

No obstante, el 13 de febrero, Kathleen volvió a postear una fotografía en su muro de Facebook de una cena que tuvo en un lugar denominado “Casa Serena”, donde el papá de Franco volvió a cocinar.

En otro correo escrito por Kathleen y enviado a Marcia N de Indianápolis, le dijo que estaban tratando de ayudarla (Franco) a comprar la casa de la calle Jamaica, de la cual tiene un contrato de promesa de compraventa, ya que Franco iba a tener un “acuerdo” con el gobierno mexicano “por algo que hizo en Mazatlán” y que si esto ocurría él iba a invertir en la vivienda.

EL ÚLTIMO MENSAJE

El 10 de abril, fue el día en que la prima política, Marcia, recibió el último mensaje de Kathleen, donde describió que Franco se seguía quedando con ella, pero que su relación era más bien como de madre e hijo. No obstante, los días 14, 16, 17 y 20 de abril, ella intercambió correos electrónicos con una persona de nombre Dawn Hertz, en los cuales decía que tenía una relación amorosa con Franco.

Ya para el seis de mayo –ya en calidad desaparecida-- la familia de Kathleen recibió una llamada telefónica de una “persona” que mostraba preocupación porque no la había visto durante varios días, y que tampoco se había comunicado con ella vía telefónica, cosa que hacía constantemente.

Este mismo día, el primo de Kathleen y su esposa recibieron un correo electrónico de Tara Short, también conocida como Tara Ascencio, donde reveló cosas interesantes como que Rosa (quien cuidaba antes la casa) le dijo que no la había visto durante semanas y que tampoco se había puesto en contacto con ella.

Asimismo, manifestó que el hombre que vive en su casa (se refería a su exnovio Franco) no había sido útil (para informarle) y que Rosa no confiaba en él, además de que el auto de Kathleen al parecer también había desaparecido.

LA TRAMA CRIMINAL

En este correo, Tara le advirtió al primo de Kathleen que Franco tenía acceso a las contraseñas de ella, que eligieran otro método para comunicarse y lo hicieron por WhatsApp, donde Tara dijo sentirse culpable por haberle presentado Franco a Kathleen y reveló que cuando era novia de Franco fue víctima de violencia física de parte de él.

El 08 de mayo, la esposa del primo de Kathleen contactó a Alfonso Nava, un viejo amigo de la hoy desaparecida, para ver si podía averiguar algo sobre el paradero de la norteamericana y éste le confió que había hablado con Franco, pero que el sujeto le comentó que posiblemente ella se encontraba en Ajijic, lugar donde la estadounidense vivió hace más de siete años, ya que supuestamente él vio cuando ella se subió al carro de una amiga suya.

Algo bastante extraño que descubrió el primo de Kathleen es que en mayo se registraron movimientos bancarios de su cuenta en retiros en cajeros automáticos del Banco Santander de Puerto Vallarta: uno el 16 de abril por 265 dólares, otro el  22 de abril por 260.73 dólares; tres más el 23 de abril por 87.63 dólares cada uno;  el 27 de abril por 34.34 dólares; el 11 de mayo por 317.27 dólares; el mismo 11 de mayo por 226 dólares, otro de 208.49 dólares el 15 de mayo y otros que en total sumaron, junto con un sobregiro, mil 859.64 dólares.

Ahora bien, tras el reporte que los familiares de Kathleen hicieron ante el consulado de Estados Unidos por su desaparición, el comisario de seguridad pública de Puerto Vallarta, Misael López Muro, fue a la casa de la calle Jamaica el 21 de mayo, donde tocó la puerta en repetidas ocasiones, pero nadie respondió, según se consignó en la denuncia.

SUPLANTACIÓN DE IDENTIDAD

Otro dato importante en las investigaciones que parecen no ver las autoridades ministeriales es que los familiares de la norteamericana entregaron evidencias al Ministerio Público, como capturas de pantalla de Facebook, donde claramente se aprecia que alguien intentó manipular publicaciones simulando que era Kathleen la que escribía, pues se aprecian muchas incongruencias.

Una se hizo desde el muro de Kathy el 11 de mayo, donde supuestamente ella manifestaba que el día tres de mayo uno de sus  empleados fue detenido --sin decir por quién-- a bordo de su vehículo  Honda y que el carro se lo habían entregado a jóvenes del cartel “El Compita” (sic), quienes se rehusaban a entregarlo y que temía por su seguridad, publicación que fue hecha en idioma español; sin embargo, ella no tiene un español fluido, por lo que resultó sumamente sospechoso, indicaron sus familiares en la querella.

El denunciante, ahora el primo de Kathleen, señala que lo más sospechoso es que este tipo Franco tenía publicaciones más antiguas donde decía que quería de regreso su carro, el cual supuestamente le fue quitado a una persona de nombre Manuel Rivera el 3 de mayo y que había sido arrestado por la policía, según fotografías que compartió en su muro de Facebook, donde utilizaba el nombre de Carlos Vázquez y cuya cuenta fue dada de baja el 21 de mayo.

Ese mismo 21 de mayo, apareció una nueva publicación supuestamente de Kathleen, donde en español e inglés agradecía al alcalde de Vallarta, Arturo Dávalos, por haber recuperado su vehículo.

Lo peor de todo esto y que demuestra que la Fiscalía Regional de Justicia no ha hecho ninguna investigación, es que la casa de Kathleen ahora es anunciada en las redes sociales como “casa Girasol” por un tal Daniel Almanza (que podría ser el propio Franco), quien la ofrece en renta para vacacionistas y hasta se da el lujo de solicitar mujer de 20 a 27 años para ayudarle en la administración de la finca.

En estos pocos más de cinco meses, en la casa de la calle Jamaica se han realizado fiestas hasta altas horas de la madrugada y se han visto a muchas personas en la misma, según la denuncia que interpuso David Brown, el primo de la norteamericana desaparecida, cuyos familiares claman por justicia.

 

 

 

 

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