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Viernes, 09 Agosto 2013 17:01

Regresan Los Alcaraz a Vallarta; ahora son los Juniors los que causan problemas

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No existe documentación probatoria pero la información testimonial disponible establece que apenas en marzo pasado habían sido detenidos en un operativo de alcoholímetro. Luis Aurelio Alcaraz Paredes tripulaba en ese entonces un auto sedan. Arreglaron el problema con los agentes de vialidad, pagaron una multa administrativa y les permitieron reanudar su camino

 

Por Gerardo Sandoval Ortiz

El domingo 19 de mayo, elementos de la Policía Municipal primero, y después de las fuerzas armadas se sintieron obligados a improvisar un fuerte operativo de seguridad para brindar toda la protección a un grupo de jóvenes detenidos por accionar un arma de fuego. Otra vez habían detenido al joven Luis Aurelio Alcaraz Paredes, de quien se dijo pronto ser uno de los hijos de Aurelio Alcaraz, apodado como “El Sheriff”, ejecutado en agosto de 2010 en La Desembocada.

De acuerdo a la información difundida en su momento, la aprehensión de un grupo de tripulantes de una camioneta Chevrolet Cheyenne ocurrió luego de recibirse un reporte sobre un grupo de personas que accionaban un arma de fuego dentro de las instalaciones de Plaza Península. Antes de arribar la primera unidad de policía, el hijo de “El Sheriff” y sus amigos subieron a la camioneta color plata y modelo reciente y se dirigieron rumbo al centro de la ciudad.

A la altura de Plaza Las Glorias fueron alcanzados. El Grupo Táctico de la policía municipal se adjudicó la detención de quienes, a la primera interrogación confesaron sus nombres y al saber la identidad de “Pepo Alcaraz”, aunado al hallazgo de una subametralladora Uzi dentro de la unidad, del lado del copiloto, se implementó un dispositivo especial para garantizar la seguridad de los detenidos.

LA IDENTIDAD DE LOS MUCHACHOS

La ficha informativa establece sobre la identidad de los detenidos lo siguiente: Luis Aurelio Alcaraz Paredes, de 25 años de edad, empresario, con domicilio en Guadalajara. Luis Fernando Becerra Ruiz, 27 años, oficio mecánico, domicilio en calle Jamaica número 1425 de la colonia 5 de Diciembre.

Héctor Saavedra Gutiérrez, 16 años, estudiante, originario de Guadalajara. Karla Aréchiga Tapia, 36 años de edad, domicilio San Salvador 350 colonia 5 de Diciembre. Wendy Aréchiga Tapia, de 32 años de edad, domicilio en la calle San Salvador número 134, de oficio comerciante. Elizabeth Callejas Callejas, de 40 años de edad, domicilio Arturo Poniente 1036, Valle del Real en Guadalajara.

El hijo de Aurelio “El Sheriff” Alcaraz no hizo nada para encubrir su nombre. Ese dato encendió la alerta y la policía municipal informó la misma noche al las fuerzas armadas, militares y marinos. En el reporte de la policía se destacó, que apenas consumada la detención, notaron que por el sitio rondaron diversos vehículos sospechosos. “Por seguridad de los detenidos”, se dispuso en el mismo sitio del arresto, no consignarlos de momento a la Procuraduría General de la República (PGR), se implementó un operativo para su traslado a las instalaciones de la Policía Municipal en Las Juntas. Aquello se convirtió en un auténtico bunker de donde nadie entraba y nadie salía. Se tomaron datos, fotografías y se sometió a un leve interrogatorio a los detenidos.

Asimismo, se llamó a un grupo especial de la 41 Zona Militar para realizar una minuciosa revisión a la camioneta. Había la sospecha de que la cheyenne estaba adaptada para ocultar armas o drogas. Cuando no hallaron nada, se decidió poner a disposición del Ministerio Público Federal a los detenidos… después se perdió la pista si los mandaron  a Guadalajara o  al centro penitenciario de Ixtapa, conocido como Ceinjure.

El Ministerio Público Federal de la subsede en Puerto Vallarta, comentó que iba a consignar a todos los arrestados por la portación de arma de fuego exclusiva del ejército.

LA COARTADA DE LA UZI

Sin embargo, también se supo que el grupo de jóvenes fue auxiliado por un eficiente grupo de abogados y en unas cuantas horas salieron de la cárcel. La estrategia fue sencilla y simple: Héctor, el menor detenido asumió la responsabilidad del rifle Uzi calibre 9 milímetros y eso permitió liberar de toda responsabilidad a los demás.

La noticia del arresto del 19 de mayo al hijo del “Sheriff Alcaraz” no pasó desapercibida en Puerto Vallarta y la región. El muchacho hijo del extinto “Sheriff” se paseaba y divertía en Puerto Vallarta sin preocupaciones, no obstante el trágico fin de su padre y de varios familiares. La familia Alcaraz fue obligada a irse de Puerto Vallarta, de Ixtapa, El Ranchito Y Las Palmas bajo amenazas de muerte. Varios de ellos, fueron muertos a tiros.

Hasta donde se sabe, José Aurelio Alcaraz Paredes tiene o tenía su residencia en La Cruz de Huanacaxtle y no en Guadalajara. Una segunda versión indica que “El Pepo” estaba avecindado en Bucerías. La primera información parece ser mas precisa, toda vez que muchos sabían que en La Cruz de Huanacaxtle su padre había comprado en vida una casa de descanso. El muchacho, en otra época de su vida vivió en Estados Unidos, en Guadalajara y en Ixtapa entre cuyos amigos de escuelas se hizo popular y muchos de sus amigos lo buscan y lo siguen.

LOS DATOS REALES DEL CLAN

Héctor Saavedra Gutiérrez es en realidad el nombre completo del padre del menor Héctor, es menor de edad y primo de Luis Aurelio “El Pepo”. Este jovencito es hijo de Nereyda Alcaraz, una de las hermanas Alcaraz. Sin embargo, por razones personales ocultó su verdadera identidad el día de su detención ya que su nombre completo es Héctor Saavedra Alcaraz.

El tercero de los detenidos dijo llamarse Luis Fernando Becerra Ruiz. Es su nombre real, pero resultan ficticio otros datos como el de dedicarse a la mecánica y vivir en la calle Jamaica de la colonia 5 de Diciembre. Luis Fernando se ha dedicado toda su vida repartir elotes que cultiva y cosecha su padre y nadie le conoce que tenga otro oficio. A su padre se le conoce como “El Brujo” pero a todos sus hijos, incluyendo a Luis Fernando, les llaman “los eloteros del brujo”. Tienen su casa a una cuadra de la plaza principal de Ixtapa.

Karla y Wendy son hermanas y en efecto, nacieron y crecieron en su casona de tres pisos de la calle San Salvador de Vallarta, en cuya planta baja ayudaron a sus padres a atender una tienda grande. La primera se enroló en el grupo de voluntarios de la Cruz Ambar antes de cumplir sus 15 años y siempre  se distinguió por ser de las más entusiastas en los servicios de emergencias.

A un lado de la casa de los Aréchiga Tapia operó el primer grupo de bomberos de la ciudad y a ellos ayudó Karla. Ya mayor de edad se ofreció a ayudar  a su tía en el negocio de la venta de menudo frente a La Aurora. Cuatro años más pequeña, Wendy fue la menor de la familia. Sin embargo, fue más audaz y temeraria que sus dos hermanas. El único hermano, aunque incursionó en la política aceptando comisiones jurídicas del PRI, mantiene un perfil discreto, dedicado a su profesión de abogado en derecho.

Aunque el arresto se prolongó por unos días, quizá la tristeza más grande de Elizabeth Callejas Callejas fue su imposibilidad de estar con su madre adoptiva. Detenida recibió la noticia de la muerte de su madre, una mujer que le dio su apellido.

Como sea, entre los vecinos de Ixtapa y Puerto Vallarta llamó la atención que los muchachos se anden paseando tan campantes por la ciudad, el lugar de donde sus tíos, padres y hermanos fueron sacados a punta de pistola y otros asesinados.

Algunos opinan que estos jóvenes juegan con su suerte y que si se siguen asomando a Puerto Vallarta armados podrían seguir el camino de sus familiares ejecutados, ya que los han ubicado en discotecas, fiestas privadas y en una lujosa suite de las torres Península.

Cómo se atreven a tentar al diablo, suelta a bocajarro un anciano que dice, trabajó muchos años para Los Alcaraz. “Ellos pueden estar de regreso, pero por cuánto tiempo”, se pregunta.

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