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Sábado, 24 Enero 2015 20:15

El Gustavotón

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Por Gerardo Sandoval Ortiz

El jueves 22, Gustavo González Villaseñor acudió a la Comisión de Procesos Internos de su partido el Revolucionario Institucional y se convirtió en el único aspirante del PRI a ser el abanderado a la diputación federal por el Distrito 05 electoral.

 

Gustavo es el actual diputado local de por el distrito 05. También es presidente del Comité Directivo Municipal, un cargo que ya ostentó tantas veces como las que ha sido legislador, también fue presidente municipal en el trienio 2003-2006. Antes, de 1999 al 1992 fue regidor y repitió como regidor de 1997 al 2000.

Muy pocos como nadie puede erigirse como un auténtico dinosaurio priista. Ha sido dos veces regidor, dos veces diputado local, una vez presidente municipal y busca ahora ser diputado federal. Se convirtió en menos de dos décadas en un priista de los que se quejaban. Acordémonos que Gustavo arrancó su carrera, sí, desde los micrófonos de radio y con e control del sindicato de locutores, pero desde el desaparecido Frente Juvenil Revolucionario pujó clamando a los dueños del PRI espacios en la estructura directiva del partido y espacios en las planillas. Si la primera vez que fue regidor le debe el favor al ex gobernador Guillermo Cosío Vidaurri, en su segunda vez le abrieron cupo en la planilla previa amenaza de postularse en un proceso interno y descarrillar la orden de presentar una candidatura de unidad.

Al cabo de dos décadas, Gustavo González Villaseñor se olvida de sus pininos políticos y aplasta cualquier aspiración de los cuadros nuevos del tricolor con pretensiones a una candidatura.  Fue él quien tejió su candidatura y la del resto de aspirantes. También está decidido a exigir mano al momento de imponer a los candidatos a regidor.

En el primer lustro de la década de los 90, Gustavo se dedicó a combatir a los que definía como caciques del PRI. En 1991 se opuso a que Rafael Yerena Zambrano fuera designado presidente del Comité Directivo Municipal, presionó para abrir el proceso y obligó a convocar por primera vez aquella histórica elección abierta que concluyó la noche del domingo 5 de mayo en medio de una escaramuza de priistas. Ganó Yerena gracias a una movilización extraordinaria de última hora y Gustavo se salvó de ser expulsado del PRI, de la CTM y del STIRT. Hubo esas intenciones pero se apaciguaron  los ánimos.

Hubo una segunda vez que Gustavo retó a los amos del PRI. En su rebelión contra aquellos que él decía eran los dinosaurios del PRI y que cerraban espacios a los jóvenes, para fines de 1995 se asoció con Sergio Arat Sánchez Cervantes para disputar al tío de éste, el arquitecto Arturo Cervantes García, la candidatura a la alcaldía. Otra vez contra el jerarca de la CTM. Gustavo no iba contra el arquitecto Cervantes. Al autor confió en esos días que combatía a Yerena, al ex alcalde Jorge Lepe García, a Rafael González Pimienta, padre del diputado federal, Rafael González Reséndiz y del ex alcalde Salvador de los mismos apellidos, porque estos eran los dinos del PRI Vallarta y responsables de impedir el avance de los jóvenes priistas.    

Gustavo apenas rebasaba los 40 años de edad. Ya lo movían sus suelos de ser presidente municipal de Puerto Vallarta. Pero su líder obrero, Rafael Yerena lo quería echar del PRI. Maniobró para quitarlo y expulsarlo también del STIRT.

Netzhualcoyotl de la Vega, en ese entonces dirigente nacional del sindicato de locutores, lo protegió y pudo sobrevivir a las intentonas de Yerena.

Para el nuevo milenio, Gustavo se convirtió en un dócil amigo de Yerena. Pactó con González Pimienta y se le acercó a Jorge Lepe, que aunque fue alcalde en el trienio 1994-1997, era del triunvirato dueños del PRI junto a los “rafailes”, Yerena y Pimienta.

De la regiduría saltó a la diputación local e hilvanó de inmediato su más alta responsabilidad en la alcaldía. Las mieles del poder, y del dinero también, lo hicieron olvidarse de sus viejos amigos de mil batallas. Pactó con nuevos socios en la política y en los negocios. Amigos de él inclusive se fueron de Puerto Vallarta, como su alfil Ricardo Paz que de locutor fue dirigente del FJR pero que abandonado por su amigo Gustavo sus necesidades lo obligaron buscar otros horizontes. Agustín Álvarez Valdivia se cobijó en el PAN, fue alto funcionario municipal y regidor, y ahora milita en el PVEM  partido al que representa como regidor.

Andrés González Palomera es el virtual candidato a la presidente municipal. Es amigo de aventuras políticas de Gustavo y con él sufrió los amargos tiempos del cerrado caciquismo. Las imposiciones de candidatos, las ha sufrido Andrés, la última vez hace tres años. Fue cuando Gustavo negoció por Andrés para ser él candidato a diputado local y le prometió a Andrés, a cambio de hacerse a un lado y allanar el camino a Salvador González ir en los primeros lugares dela lista plurinominal. Con Gustavo de cómplice, no le cumplieron a Andrés y debió conformarse con ser representante del gobernador.  Antes, en los primeros meses de 2009, por poco Andrés se anima a mandar a su amigo Gustavo y al PRI a aquel pueblo camino a Los Altos de Jalisco. Ya Gustavo se haba convertido en el virrey tricolor pero el Revolucionario no le hacía justicia a Andrés.

Los priistas de hoy son más controlables y mejor manipulables. Ya no se animan, no a rebelarse como en los 90, sino ni siquiera se atreven a protestar. Sí, se indignan ver a un Gustavo que va para las cuatro décadas sumando chamba tras chamba, saltando de una regiduría, a una diputación, de la alcaldía a otra diputación. Como decía un amigo priista de Ixtapa, ya el paisano Rafael González Pimienta le queda guango a Gustavo. De ese barro son los ídolos y héroes a los que en el PRI se les debe aplaudir a rabiar. Y los que aplauden, saben que para no cansarse deben sentarse en la fila y esperar su turno. Nosotros procuramos animarlos diciéndoles que Gustavo se propone dedicarse muchos años más a la política y si González Pimienta, también Yerena, están por festejar sus bodas de oro en la política, Gustavo se alista para superar a los dos. 

REVOLCADERO

Por cierto, el tercer precandidato del PRI, al abanderado a la diputación local, en este caso Rafael González Reséndiz, no canta malas rancheras y en eso de simular representar al nuevo PRI pero que realidad es un bebesaurio con aspiraciones a pronto ser un dinosaurio de tres colores. Por ahora es diputado federal e intentará sustituir a Gustavo González Villaseñor en la curul del Congreso local. Es hijo del ex alcalde y actual coordinador de la bancada priista en el congreso local. Todos sus amigos saben que pronto, quizá al acabar la campaña electoral en proceso, les anunciará que buscará ser el abanderado del PRI a la alcaldía para el 2018. Y así será, ya pronosticó el brujo mayor de Jomulco.****** Sus amigos lo extrañan. Ya se cumplió una semana de la desaparición del regidor Humberto Gómez Arévalo. Nadie sabe nada. Para malestar de la autoridad investigadora, rumores y especulaciones abundan. Desinforman, se quejó el fiscal general, Nájera. En una semana, en la búsqueda de obtener todo tipo de información, han llamado hasta periodistas. Pero no se sabe de avances. La autoridad se conduce con el hermetismo que el caso exige. El tiempo corre ya mas días, el optimismo de volver a verlo con vida se extingue. Ojalá y los malos presagios de borren y todo regrese a la normalidad. Es necesario. Para Puerto Vallarta y a su sociedad sería una terrible noticia abonar con su vida una cifra a las estadísticas de las víctimas de la delincuencia.****** De este domingo 25 en dos semanas, en la convención municipal del Partido Acción Nacional saldrán chispas. El equipo de Juan José Cuevas García está seguro de que va a ganar y por mucho la votación interna. Si con la mitad de la membresía actual ganaron, al sumarse otro igual, nos dicen que repetirán el triunfo. La diferencia es que ahora será una victoria mas holgada. Eso sí, también empieza a circular información sobre la cara oculta del adversario del “peri” que en un mes de campaña con el candidato del MC en Bahía de Banderas hizo algunos pecadillos y hasta a proveedores les debe. De eso abundaremos en otra ocasión.******¡Ha! Y hablando de deudas a proveedores de campaña, como que Aarón Hernández, el hijo del legendario Anselmo “el pájaro” Hernández (ya fallecido), se cansó de esperar a Gustavo González Villaseñor le pague sus trabajos de rotulados y pinta de bardas de las campañas pasadas. El profe Filemón Lepe Fisher es el elegido para públicamente reclamar a Gustavo el pago. Pero que caray, Aarón no entiende. Gustavo y otros priistas le deben pagos desde hace ni una, dos o tres campañas. Cada tres años ahí va con Gustavo. Regresa sin dinero en su bolsa y se encamina a la oficina de Rafael Yerena y en un minuto, éste lo convence de que se le pagará. Gustavo no va a cambiar y tan conchudo es que volverá a pedirle a Aarón le haga algunas chambas.

 

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