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Domingo, 11 Noviembre 2018 05:58

Detectan transacciones comerciales de María Antonieta Domínguez, la presunta viuda negra de PV

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Por Jorge Olmos Contreras

La ex esposa del empresario José María Castañeda, quien murió en circunstancias nada claras y bastante sospechosas el 26 de febrero del año 2009, porque su ahora viuda, la señora María Antonieta Domínguez Salazar, mejor conocida como “Tony”, ordenó cremar su cadáver antes de que le hicieran la autopsia de ley, reaparece en el escenario inmobiliario de Puerto Vallarta, donde se han detectado movimientos comerciales con la venta de fincas, principalmente casas habitación en esta ciudad, a través de la empresa denominada Inmobiliaria Cabo Corriente SA de CV, donde ella es la apoderada legal.

Y es que al quedar viuda la señora Domínguez Salazar, juró y perjuró que su esposo no le había dejado bienes al momento de fallecer, según declaró ante el Juzgado Tercero de lo Civil en el expediente 415/2009, donde aseguró que no existía dinero en efectivo, ni alhajas, ni efectos de comercio o industria, ni semovientes, ni frutos, ni bienes muebles. Que tampoco existían créditos ni documentos, escrituras o papeles de importancia; sólo el uso y aprovechamiento de una concesión de zona federal de dos mil 054.26 metros cuadrados en la playa de Mismaloya “a la que no se le puede asignar un valor por ser un bien nacional”.

Sin embargo, tiempo después se supo que José María Castañeda sí tenía propiedades, y que había nombrado heredera universal a su esposa “Tony”, con quien se había casado casi en secreto en El Tuito (a escondidas de los familiares del señor), Cabo Corrientes tres años antes de fallecer.

A saber, 612 hectáreas ubicadas en el predio conocido como “Los Otates” o “Sierra Vallarta” en el municipio de Cabo Corrientes, y que ahora forman parte del patrimonio de la viuda, a la postre la misma María Antonieta Domínguez Salazar.

LAS HUELLAS INMOBILIARIAS

Pues bien, hace unos días se detectaron movimientos de transacciones comerciales realizados por una mujer que se supone es la operadora financiera de “Tony” de nombre Martha Ofelia Domínguez, quien es la que le administra sus propiedades para su venta, por conducto de la persona moral Inmobiliaria Cabo Corriente SA de CV.

De esta manera, apenas el pasado mes de agosto la llamada viuda negra comenzó a vender residencias que se ubican en diferentes puntos de Puerto Vallarta, como una casa habitación que está en el coto privado “El Capricho”, cuyo domicilio es avenida Prisciliano Sánchez número 529-12 con una superficie de 119 metros cuadrados, que vendió mediante crédito hipotecario con Bancomer al señor Rodolfo Padilla Chávez en dos millones de pesos.

De acuerdo con esta investigación periodística, existen por lo menos otras cinco residencias a nombre de la Inmobiliaria Cabo Corriente SA de CV. –como dos casas que aparecen en la foto que acompaña a este artículo y que están ubicadas en la calle Río Amur en el fraccionamiento Fluvial Vallarta--, y podrían estar en curso nuevas transacciones inmobiliarias de este tipo, lo que habla de que María Antonieta Domínguez comienza a vender propiedades que quizá adquirió con la herencia que le dejó don Chema Castañeda, quien antes de morir habría recibido un pago de 17 millones de dólares por la venta de un predio en San Ignacio de la Cruz –donde se levanta el mega proyecto turístico Nahui en playa Destiladeras rumbo a la Cruz de Huanacaxtle, Nayarit--, y todavía unos años atrás, habría obtenido alrededor de tres millones de dólares por un terreno que vendió al grupo Aura.

NUEVE AÑOS DE LA MUERTE DE CHEMA CASTAÑEDA

La señora Domínguez siempre quiso aparecer como víctima de las circunstancias sobre la rara muerte de Chema Castañeda, pero fue denunciada penalmente por familiares del finado, debido a la forma extraña en que falleció el empresario y a las irregularidades que se presentaron en su repentina muerte, desde la alteración del certificado de defunción, hasta su rápida cremación. De hecho, el certificado de defunción está firmado por la misma María Antonieta Domínguez Salazar, quien en el documento se ostentó como “doctora”, cuando en realidad era la esposa de Castañeda.

En este contexto, solo bastaron nueve años para que la señora Domínguez reapareciera y con la ayuda de su bróker favorita, otra mujer que trabaja en el departamento de créditos hipotecarios de Bancomer, de nombre Yelmi Roxanna, y quien la apoya con movimientos bancarios para la compraventa de inmuebles, ha comenzado a vender algunas propiedades, como la del coto capricho; todo firmado y pasado en la notaría número 8.

En estos años, María Antonieta Domínguez se ha vuelto prepotente y déspota, trata mal a quien se deje e incluso se da el lujo de incumplir convenios con algunos agentes inmobiliarios que le han ayudado a colocar algunas ventas de sus propiedades.

Se sabe por lo menos de una pareja de agentes inmobiliarios a quienes insultó porque le exigieron que cumpliera con el pago de la comisión pactada sobre una venta.

Doña María Antonieta simplemente se negó a pagarles a estos brokers con un “háganle como quieran”.

LA INVESTIGACIÓN CONTINÚA

El tema de la viuda negra sin duda va a resurgir con nuevos elementos, en virtud de que cada día aparecen más datos sobre las propiedades de José María Castañeda, y cómo en circunstancias bastante extrañas, nombró heredera universal a la señora Domínguez Salazar.

Por ello, en el 2009, un sobrino de José María Castañeda, de nombre Héctor Medina presentó una demanda de nulidad del testamento, misma que se tramita en el Juzgado Segundo bajo el expediente 415/2009.

Sin embargo, lo más grave de todo fue la presunta conducta desplegada por la hoy viuda el día de la muerte de José María Castañeda –hechos asentados en la Averiguación Previa 2776/2011 recibida en el MP el dos de junio de ese año--, quien no solo no habría tenido el cuidado de llevar a don Chema al hospital más cercano el 26 de febrero del 2009 cuando se sintió mal de salud por un supuesto problema respiratorio, sino que también firmó el certificado médico de su muerte y ordenó que se incinerara el cuerpo inmediatamente, quizá con la intención de que no se supieran las causas reales de su fallecimiento mediante una autopsia de ley.

La investigación sigue en curso y está en las manos del Ministerio Público.

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