Estas dos personas estaban hospedadas en un hotel de Marina Vallarta y decidieron ir de compras a Walmart, pero al estar revisando algunos productos en el pasillo en donde se exhiben cafés de diferentes marcas, el señor se dio cuenta de que su pantalón y parte de su camisa estaban manchados con lo que parecía ser miel.
De pronto, y sin saber de dónde salió, se le acercó un sujeto que muy amable le dijo que lo acompañara, que él lo iba a ayudar a limpiarse. Se lo llevó al baño y ahí hizo como que le limpió las prendas, pero lo que en realidad hizo fue robarle sus tarjetas de crédito, sin que el visitante extranjero se diera cuenta.
El turista habló con el personal de Walmart, les dijo lo que había sucedido y no le dieron mucha importancia, que al rato lo atendían, que se esperara, que ya iban a llamar a la policía etc., pero no actuaban con prontitud.
De hecho, los afectados pedían que el gerente accediera para poder ver lo que grabaron las cámaras de seguridad y así identificar al o a los ladrones, pero el encargado de Walmart se negó.
Angustiados y muy molestos, se regresaron a su hotel y le contaron lo sucedido al personal ejecutivo, y del establecimiento de hospedaje dieron indicaciones a un empleado para que acompañara a los turistas a las oficinas de la delegación regional de justicia para interponer su denuncia, pero ahí también recibieron mal trato, no los atendieron con rapidez, que había otras siete personas esperando y mejor optaron por retornar al hotel.
Les recomendaron que fueran a la delegación de turismo para interponer una queja y se tomen medidas preventivas para evitar que se siga afectando a los visitantes y dañando la imagen de Puerto Vallarta, pero ya no quisieron perder más su tiempo de vacaciones en estos menesteres, y todavía más enojados, volvieron al lugar donde estaban hospedados.
En resumen, lo que está sucediendo --y aquí es donde las autoridades deben tomar cartas en el asunto--, es que al interior de estos supermercados están operando ladrones bien experimentados que mañosamente manchan la ropa de los clientes –sin que ellos se den cuenta desde luego—y después se les acercan, fingen ser empleados del supermercado y se los llevan al baño, donde los roban impunemente.
Ojalá y el fiscal del Estado, Eduardo Almaguer, envíe a agentes investigadores para que interroguen incluso al gerente de Walmart Pitillal, ya que no es posible que tenga personal de seguridad y cámaras las 24 horas del día, y no haya identificado este tipo de robos y, todavía peor, que se niegue a cooperar.
Al turista se le recomienda que, si alguien se le acerca y le ofrece ayuda para cualquier cosa, que no le haga caso y, menos si lo invita al baño o a otro punto de la tienda dizque para atenderlo como se merece.
Si usted ve gente sospechosa que esté dentro de estas tiendas, repórtelo a la policía o tómele discretamente una fotografía con su celular para denunciarlos y exhibirlos públicamente.
