Lástima, era una mujer muy bonita como muchas otras en este mundo que se prestan para cierto tipo de cosas y al final acaban mal. La conocían, como Karlita la de Telcel; era edecán y modelo y por su belleza atraía a una gran cantidad de individuos, incluidos aquellos que se desenvuelven dentro del crimen organizado.
Varios manifestaron públicamente su deseo de “ligársela”, sin embargo las advertencias eran inmediatas: “ni te hagas ilusiones… es novia de un pesado”, por lo que tan sólo se conformaban con verla y admirarla.
En algunos de los muchos blogs en los que aparece su nombre, no faltó quien manifestara su deseo de asistir a una de las recientes “Baja Mil”, nada más porque “contrataron a la Karlita y sólo por eso, ya vale la pena”, decía.
Al final, la mataron.