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Jueves, 10 Noviembre 2016 02:41

Con amputados, el narco sube de tono

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Bajo un proceso casi quirúrgico, pero con señales del narco, fue como desarticularon 12 manos a un grupo de jóvenes acusados de ser presuntos delincuentes. No les inyectaron anestesia, lo cual sorprendió al personal médico que atendió el caso. “Quien se los hizo sabía algo de anatomía a pesar de lo grotesco. Se libraron de morir de un choque neurogénico por el dolor”, explican.

Las amputaciones no las realizaron en ningún hospital con gasas o equipo especializado, pero sí en una casa de seguridad de Tlaquepaque, Jalisco, aplicando conocimientos básicos de medicina con la finalidad de dejarlos vivos. El alambre que rodeaba las manos era una suerte de torniquete para frenar el sangrado.

Entre otras cosas, les tatuaron la piel: “Soy ratero”. Cuando las víctimas despertaron no tenían conciencia de lo sucedido, hasta que los policías los encontraron tirados y amordazados en una de las calles del pueblo mágico jalisciense. Estaban desesperados, tanto que el personal médico contempló la posibilidad de una cirugía para unirlas. Pero era tarde.

El acto se adjudicó a la “justicia ciudadana” inicialmente, firmada en una cartulina como “Élite antiratas” (sic), el pasado 17 de octubre, aunque después el fiscal Eduardo Almaguer declaró que se trataba de un ajuste por drogas.

Las amputaciones no parecían haber sido realizadas por inexpertos, como sí lo fue en Ayotlán el 29 de enero pasado, donde lincharon a un sujeto hasta la muerte, le cortaron las manos y lo colgaron de un árbol. Aun así, la Fiscalía General del Estado (FGE) no abonó detalles.

Esta historia comenzó días atrás, cuando un “jefe de oficinas” del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ordenó el rapto de 12 personas, las cuales conformaban una célula de narcomenudeo de la organización. Beto, una fuente cercana al caso que pide el anonimato, explica que durante meses las víctimas de mutilación no liquidaron lo que debían al cártel. El varón asesinado, Rafael Jiménez, de 29 años, era supuestamente el líder. De los otros seis deudores sustraídos no se reportan datos en días posteriores.

La historia tiene un contexto: la entrada de Los Ántrax a Jalisco, un brazo armado del Cártel de Sinaloa que disputó con alrededor de 60 gatilleros tras la fuga de El Chapo Guzmán el 11 de julio de 2015. Por esa razón las “oficinas” se concentraron en defenderse y no cobraron por un tiempo a las narcotienditas. Una vez calmadas las aguas por la recaptura, los hampones dieron un plazo a los traficantes para que pagaran, pero no se cumplió. Las manos amputadas fueron la advertencia interna a todos los subordinados.

La atención del mundo —como cuando fue derribado el helicóptero militar mexicano Cougar EC725 el 1 de mayo de 2015—, se centró una vez más en el estado gobernado por el priísta Aristóteles Sandoval. Y nuevamente el motivo fue el CJNG.

Repunta violencia en Jalisco

Las guerras intestinas y otros hechos violentos son cotidianos en la entidad en los últimos años. De pronto, los asuntos del cártel pasaron a la esfera pública al grado que en el municipio de Zapopan vecinos consultados comentan sobre las alertas que se han producido, a través de mantas, para no salir de casa ciertos días.

Aunque no todos los casos están relacionados, el ambiente de inseguridad es tajante: entre enero y septiembre de 2016, el estado se colocó en la quinta posición a nivel nacional con mil 710 homicidios, lugar en el que se mantuvo en 2015 con 2 mil 41 casos, y en cuarta posición en 2014, con mil 866, de acuerdo con los datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).

Si bien la contabilización de este año aún no concluye, el periodo de nueve meses transcurridos, comparados con los de 2015 y 2014 registra un aumento de mil 474 a mil 710. Es decir, un incremento de 16%.

Mientras que en extorsiones no sale del primero y segundo lugar y hace competencia al Estado de México que en 2014 tuvo 742; 2015, con 882; y 2016 (de enero a septiembre) con 457, según el mismo SESNSP.

“Definitivamente la violencia se ha disparado. Hay un repunte, las cosas no han mejorado en términos generales. Las autoridades no han podido brindar tranquilidad a la ciudadanía en algunos puntos de Jalisco”, señala el especialista en seguridad pública de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Francisco Jiménez Reynoso.

Sobre la violencia expuesta por las organizaciones criminales, Jiménez Reynoso dice: “Se han visibilizado más, están subiendo de tono, pareciera que compiten para ver quién es más salvaje. Dejan testimonios vivientes”.

José Antonio Ortega, presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia Penal (CCSPJP), dice que la violencia en Jalisco se debe en gran parte al poderío del Cártel Jalisco Nueva Generación: “Es una organización que pesa en varias partes del país”.

“Desde los años 90, las autoridades pensaban que si dejaban que se mataran entre ellos [las organizaciones criminales] se iba a acabar. Hubo pleitos cada vez más frecuentes. La violencia está presente y no ha habido alguna autoridad que haya decidido poner un límite”.

Ahora que se avecina diciembre, los cercos de seguridad son más focalizados en el perímetro que abarca la Feria Internacional del Libro (FIL 2016), pero otras áreas son olvidadas. En la FIL 2015 hubo decenas de asesinatos, al menos 21 de acuerdo con un conteo hemerográfico, entre los que destacó el del hacker Robles Avilés, el 2 de septiembre, cerca de la embajada estadounidense, en la transitada avenida Chapultepec.

Funcionarios públicos asesinados

José Isabel Lomelí, alias El Coyote, ex agente de la extinta Procuraduría del Estado —ahora fiscalía—, caminaba la tarde del 1 de septiembre de 2016 junto con su hijo de 10 años en el centro de Tlaquepaque. Cuando cruzaron la calle Paraguay, una camioneta roja les cerró el paso, bajó un sujeto y le descargó 20 balazos. Según la prensa local, el niño corrió asustado e ileso.

Las investigaciones de la fiscalía no profundizaron, pero fuentes que piden el anonimato por temor a represalias señalan que él tuvo responsabilidad en detener a numerosos implicados —como fue el caso de Jonathan García García John Perro— en el asesinato del secretario de Turismo, Juan José Gallegos. “Detuvo casi a todos los del caso, lo tenían amenazado”.

En las averiguaciones previas abiertas por homicidios dolosos son notorias las de servidores públicos, los cuales fueron frecuentes desde que en marzo de 2013 Nemesio Oseguera, El Mencho, ordenó el asesinato de Gallegos, como señala el expediente al que tuvo acceso este diario, en el que se le acusa al funcionario presuntamente de lavar dinero para Los Caballeros Templarios. “Se sintió traicionado El Mencho”, dice la fuente.

El 11 de septiembre pasado asesinaron a tiros al subdirector de la Policía Municipal de Talpa de Allende, Damián Díaz Peña; el 29 de febrero, un comandante y su esposa fueron acribillados en Guadalajara, su bebé salió ileso; en julio de 2015 fue el comandante de la Policía de Investigación, Óscar González, en Puerto Vallarta.Y la lista sigue: junio de 2015, el delegado del ISSSTE en Jalisco, Javier Galván Guerrero; en septiembre de 2014, el diputado federal, Gabriel Gómez Michel. Ha superado el centenar.

EL UNIVERSAL consultó los boletines de la Fiscalía General del Estado (FGE), en los cuales no hay seguimiento de investigaciones por homicidios dolosos de funcionarios públicos.

“Eso significa un retroceso y son algunas derrotas sistemáticas de la delincuencia en contra de la autoridad, en la que muy probablemente van ganando terreno. La policía tiene bajos sueldos, poca protección y garantías de crecimiento en cuanto a nivel de vida y armamento, mientras el CJNG tiene logística y organización”, añade Jiménez Reynoso, especialista de la UdeG.

“Es un grupo criminal que ha desatado estos atentados y la autoridad no ha puesto límites y no ha investigado”, agrega Ortega del CCSPJP.

Hace décadas este territorio fue famoso por el Cártel de Guadalajara, fundado por Miguel Á. Félix Gallardo, Ernesto Fonseca y Rafael Caro Quintero. Ahora el terror se respira más de cerca entre los tapatíos. (Fuentes: El Universal/periodismo.investigacióEsta dirección de correo electrónico está siendo protegida contra los robots de spam. Necesita tener JavaScript habilitado para poder verlo./www.msn.com.mx)

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