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Lunes, 15 Julio 2013 01:36

Plaza Lago Real en Nuevo Vallarta, todo un fraude para locatarios; a tres años de su inauguración luce desolada Destacado

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Todo un caso para las autoridades judiciales de Nayarit, representa el gerente del centro comercial, Salvador Chávez Villa, quien en poco más de tres años al frente de Plaza Lago Real se ha metido en muchos problemas que podrían constituir delitos, ya que se ha enfrentado con locatarios y empleados y hasta los ha amenazado de muerte, además de los negocios sospechosos que hace junto con su  esposa y el encargado de la publicidad, Héctor Gradilla. El Corporativo, en Guadalajara, ha prestado poca atención a lo que sucede en Nuevo Vallarta.

 

Por Jorge Olmos Contreras

 

A tres años de su inauguración, la plaza comercial “Lago Real” de Nuevo Vallarta luce desolada, con locales comerciales vacíos y con poca afluencia de clientes. Los locatarios que invirtieron dinero en la renta de algún espacio, están desesperados y consideran que los directivos de la empresa los engañaron al momento de firmar el contrato comercial, ya que les prometieron que en el lugar se instalarían grandes firmas comerciales y de servicios, y a la fecha nada hay de eso.

 

Comerciantes se quejaron ante VALLARTA UNO sobre el fraude de que, dicen, son objeto por parte de “Lago Real”, ya que el gerente, de nombre Salvador Chávez Villa no les da ninguna explicación sobre el fracaso en que se ha convertido el centro comercial, ni nadie ofrece una solución a quienes adquirieron espacios y que ahora se han convertido en un dolor de cabeza, pues las ventas son escasas y las rentas muy caras.

 

Y es que muchos pequeños y medianos empresarios decidieron invertir su dinero en la renta de un local para poner su negocio e hicieron sus proyecciones financieras y de flujo de efectivo, pensando en que la plaza tendría grandes firmas como un Centro de Atención de Clientes de Telcel, otro de Nextel y cadenas como Coppel, pero sólo está un Walmart, de ahí en fuera no hay más compañías que puedan atraer a cientos de clientes potenciales.

 

Los pocos visitantes que acuden a “Lago Real”, se han encontrado con pasillos solos, locales vacíos y, salvo un negocio de cocina de marca, hay dos de ventas de tacos que igual los encuentran en una plaza comercial de pueblo, no en un centro moderno de las características que les prometieron tendría “Lago Real” a decenas de comerciantes.

 

RENTAS EXORBITANTES

 

Lo peor son las rentas, ya que a pesar de los incumplimientos del centro comercial para atraer flujos de clientes potenciales, sólo se han dedicado a cobrar arrendamientos exorbitantes que van de los 25 mil a 30 mil pesos mensuales.

 

Y lejos de apoyar a los locatarios que iniciaron con el proyecto hace tres años y brindarles incentivos con rentas más accesibles, las mantienen altísimas y como si se tratara de una burla, a los nuevos arrendatarios sólo les cobran 17 mil pesos.

 

Los afectados están pensando en constituirse en una asociación para defenderse de los abusos de “Lago Real” y ejercer presión para que la administración cumpla con lo prometido, pues consideran que de seguir las cosas así, en poco tiempo la plaza comercial podría irse a la quiebra y cerrar definitivamente, ocasionando más daños y perjuicios a los pequeños empresarios que se la jugaron al rentar un local en un proyecto que hasta ahora, ha sido fallido por las mentiras de los directivos.

 

El dueño del único gimnasio existente ya tuvo un altercado con el gerente Salvador Chávez y casi se lían a golpes, debido a la prepotencia con que se conduce el encargado de “Lago Real”.

 

LOS TRAPOS SUCIOS DEL ADMINISTRADOR

 

Ex empleados y locatarios entrevistados y que prefirieron el anonimato porque consideran a Salvador Chávez una persona peligrosa y violenta, comentaron que tanto Salvador como su esposa están haciendo de la plaza un negocio personal, sin que el Corporativo se entere. Que toman dinero a manos llenas y que si alguien los delata los amenazan hasta de muerte.

 

Por ejemplo, en el año 2009 sucedió un caso extraño. En una junta de locatarios, el primer gerente que tuvo la tienda Wal-Mart, le reclamó airadamente a Salvador Chávez por unos permisos de construcción y por la falta de afluencia de clientes a la plaza. Dicen que Chávez se molestó mucho y amenazó a su interlocutor por “no dejarlo trabajar”; que le espetó lo siguiente: “no sabes hasta cuándo vas a vivir para exigir resultados”.

 

Mes y medio más tarde, el gerente de Wal-Mart fue asesinado por la carretera a San José del Valle. Desde entonces, salvo el dueño del Gym, nadie se ha atrevido a reclamarle algo a Salvador Chávez, como los de helados Holanda que fueron testigos de la amenaza, aunque otros locatarios ya se organizan para que el Corporativo quite a esta persona o cumpla con las expectativas de la plaza.

 

Sobre los negocios que hacen a nombre de la Plaza, se sabe que son tres personas, el administrador Salvador Chávez, su esposa Patricia Gordero, oriunda de Zacatecas, quien es la encargada de ventas y Héctor Gradilla, un ex alumno de Chávez en la Univa y quien está al frente de una empresa de publicidad que se denomina “Comunicación Gráfica” a través de la cual presuntamente inflan facturas para meterlas al corporativo y quedarse con importantes sumas de dinero.

 

NUEVOS RICOS

 

Las operaciones que estas personas supuestamente están  haciendo en perjuicio del corporativo, se refleja muy bien en su modo de vida, pues de tener carros viejos, un Athos; vivir en casas humildes –en el fraccionamiento Valle Dorado-- y tener a sus hijos en escuelas para gente menos pudiente (Colegio Hispano), han dado un paso gigante al traer vehículos último modelo, mudarse a una residencia de Nuevo Vallarta y meter a los niños al carísimo colegio “Campo Verde”.

 

No sólo eso, sino que también han abierto negocios particulares a su nombre.

 

La plaza, sostienen otros locatarios, es un verdadero fraude. “Había mucha oportunidad de crecimiento, sin embargo, por la prepotencia de Salvador Chávez todo fue a la basura, ya que incluso sostuvo un enfrentamiento personal con el ex alcalde de Bahía de Banderas, Héctor Paniagua Salazar y se detuvieron las obras; incluso Chávez amenazó al presidente municipal y desde entonces Protección Civil dejó de brindarle apoyo a la Plaza, por lo que tuvieron que contratar una empresa de seguridad privada.

 

Sin embargo, el conflicto con Paniagua llevó a la plaza a un retroceso en la obra y no fue sino hasta que entró Rafael Cervantes Padilla en que se levantó el veto y se pudo construir la segunda sección; pero las indecisiones de Chávez y sus pleitos personales llevaron a la plaza al punto de la quiebra, al grado de que muchos negocios cerraron y otros que estaban en planes de instalarse ya no lo hicieron, como la tienda Suburbia y la cadena de restaurantes VIPS.

 

Pero Chávez, su esposa y Gradilla continuaron haciendo negocios a la sombra de “Lago real”, ya que desde el inicio les entregaban un presupuesto mensual para realizar eventos, dinero que era dividido en varios rubros; pero la empresa de Héctor Gradilla “Comunicación Gráfica” comenzó a organizar la difusión de la plaza y contrataban firmas como Arcano por 10 mil pesos y además negociaban la renta de la isla por otros 10 mil pesos y sólo reportaban al Corporativo el primer gasto y se quedaban o quedan con lo demás.

 

Todo esto mientras el corporativo en  Guadalajara ignora lo que sucede con el fracaso de su plaza.

(Nota publicada en la edición impresa de julio de VALLARTA UNO actualmente en circulación)

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