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Jueves, 11 Octubre 2018 10:35

Historias de narco desaparecidos en PV; el caso de Daniel Molar (a) “El Tío”

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Por Jorge Olmos Contreras

Tras la ruptura que se registró entre cárteles en Jalisco en el año 2008, las más vulnerables fueron las células que trabajaban para el Cártel de Sinaloa en Puerto Vallarta, donde varios jóvenes y otros no tan jóvenes, fueron ejecutados poco a poco por grupos rivales, entre otros el desaparecido Fernando Gurrola, un muchacho que se involucró de lleno en el narco y que al final le tocó cuidar a un hijo del extinto capo Ignacio Coronel Villarreal en una lujosa residencia del campo de golf El Tigre en Nuevo Vallarta, donde fue asesinado por presuntos sicarios de Los Zetas.

Uno de los que sobrevivió a la cacería de células del Cártel de Sinaloa, fue Daniel Molar, un señor que fue incrustado en el grupo por el padre de uno de los capos que dominaba Puerto Vallarta y Bahía de Banderas desde el año 2000 hasta el 2008, en que fue ejecutado en Reynosa, Tamaulipas.

A la muerte del jefe de Puerto Vallarta en ese entonces, Daniel Molar, a quien se conocía como “El Tío” o “El Loco”, quiso tomar las riendas de los negocios de aquél a quien denominaban patrón. Y así fue, por sus pantalones tomó lo que no le correspondía, utilizó las instalaciones de lo que antes era un auto baño para organizar fiestas privadas y darles rienda suelta a sus vicios.

Con la plaza en ese tiempo muy “caliente” por la presencia de Los Zetas y otros grupos, Daniel Molar de pronto se vio envuelto en un escándalo, ya que un día cayó un operativo del ejército en el auto baño y lo detuvieron, junto con otras personas, en poder de varias armas largas, entre otras unos “cuernos de chivo”.

ALGUIEN LES PUSO EL DEDO

Alguien les puso “el dedo” o ellos solos se lo pusieron, ya que una persona señaló el lugar como el sitio en donde se había escondido un sujeto que antes lo quiso “levantar”. Al llegar los militares, encontraron a “El Loco” y a su grupo con las armas y al parecer pequeñas dosis de drogas.

Daniel Molar estuvo en prisión solo un par de años, rápido consiguió su libertad y no se volvió a saber de él hasta hace poco, el año pasado, en que una mujer subió a su muro de Facebook que había desaparecido en el trayecto entre Puerto Vallarta a Sinaloa en una camioneta tipo Explorer color azul.

Antes, Daniel Molar fue señalado por una mujer a la que drogaba y amarraba a una silla para, con golpes, mostrarle su “cariño”; pero un domingo ella escapó de su cautiverio de agresiones y como loca gritó en la calle lo que le estaban haciendo, hasta que alguien la rescató en la colonia Villas del Mar. Fue pareja del Tío, pero por razones obvias no se menciona su nombre.

La cosa es que Daniel Molar se involucró en el grupo de Nacho Coronel, cuando el Cártel de Sinaloa era el grupo más fuerte en el pacífico mexicano.

LOS NEGOCIOS

Diezmados, divididos y ya sin ningún poder, los pocos integrantes del Cártel de Sinaloa en Puerto Vallarta bajaron la guardia y muchos optaron por el bajo perfil, pues los que siguieron de “faroles” o tirando drogas fueron asesinados o desaparecidos.

En el caso de Daniel Molar, se dice que se involucró con un señor en Sinaloa para hacer negocios ilícitos –con la pantalla del comercio de camarón-- y que tras un cargamento que Molar habría “coronado”, lo habrían ejecutado por viejas deudas.

Nadie sabe a ciencia cierta lo que pasó, sin embargo, hace casi un año desapareció Daniel Molar sin dejar huellas ni rastros de su paradero.

Su familia y su última novia lo buscaron por todas partes, pero no lo encontraron.

Hoy, es una cifra más de la estadística de muertos y desaparecidos que recorre todo el país como si fuera una maldición.

El Tío o El Loco tuvo sus días de bonanza, pero después de trabajar con “patrones” no se acostumbró a su nueva vida de pocos ingresos y volvió a caer en lo mismo, en el presunto narcotráfico… y ya no se sabe de él.

Pasó a formar parte de la larga lista de desaparecidos.

 

 

 

 

 

 

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