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Gerardo Sandoval Ortiz

Gerardo Sandoval Ortiz

Miércoles, 07 Noviembre 2018 15:13

La pureza de los ‘morenos’ está en riesgo

Por Gerardo Sandoval Ortiz

La pureza de los morenos está en riesgo. Esta semana abrazaron la causa cuatro cuadros priistas y sin duda contaminarán ese batidillo político. Que nadie se espante pues por naturaleza Morena es un partido fundado por priistas. Su dueño, Andrés Manuel López Obrador se formó en el PRI, y también sus más eminentes figuras.

Por Gerardo Sandoval Ortiz

En uno de estos aciagos y otoñales días trascendió la noticia de que Ramón Guerrero Martínez amarró chamba en la próxima administración estatal. Enrique Alfaro lo contempla para ser su Enlace de Programas Sociales entre el estado y el gobierno federal. Un equivalente pues a “subsecretario”.

Por Gerardo Sandoval Ortiz

Unos vientos de una llamada Willa, acompañada de bíblicas inundaciones en el norte de Nayarit, nos distrajo absolutamente nuestra atención. Apenas salimos del ostracismo y nos ubicamos en un actual y real país kafkiano, donde obras, riendas y conciencias las mueve una selecta clase política.

Por Gerardo Sandoval

Las imágenes de los dientes de la creciente comieron el pavimento de la carretera federal 15 poco antes del río Acaponeta, el caserío perdido en el agua de Agua Verde y Los Sandovales, y al asomarse Tecuala y los tráileres remolcados por la furiosa corriente, habían sido imágenes ya vistas. Pero pisar y palpar suelo, o más bien agua y lodo, fue otra sensación. Llegar y llevar con un poco de ayuda y contribuir en el alivio a la tragedia que se va a prolongar en el norte de Nayarit, es aparte.

Por Gerardo Sandoval Ortiz

Cuando el gobernador Antonio Echevarría García estableció su cuartel en Tecuala, pero sobre todo cuando se ordenó evacuar comunidades fuera de la Isla El Novillero, se supo que el problema de Willa sería de mucha gravedad. Las escenas, fotos y videos, las historias narradas por amigos y familiares, son fiel testimonio de la tragedia de los paisanos en el norte de Nayarit.

El huracán Willa “se cargó” a Escuinapa y la amenaza sobre Tecuala pareció disminuir. Eso se creyó y eso nos decían por las líneas telefónicas, previo al martes negro. Ya por la tarde las mismas líneas enmudecieron por el corte general de servicios y por el horror de la hecatombe que se les venía encima.

En Tecuala no hay energía eléctrica. Todo ya se inundó. Pasaron los vientos pero les llegó la creciente con el desbordamiento del río Acaponeta. Los albergues están atiborrados y hay desabasto de alimento. Esa fue la queja de los paisanos. El tamaño de los daños rebasó al propio gobierno.

Para dimensionar lo que se vive en Tecuala es necesario conocer un poco de su geografía. El municipio se divide por el río Acaponeta, un fluente de mucho caudal. Al norte colinda con el río de Las Cañas, la división natural de Nayarit y Sinaloa. Los dos ríos vierten sus aguas en las lagunas y esteros de las Marismas Nacionales. Cuando ambos ríos se desbordan el impacto adquiere proporciones casi bíblicas. En los 50 últimos años hay registros de solo dos granes inundaciones, en 1969 y en 1993, ambos en el mes de septiembre.

La amenaza de Willa obligó planear evacuar solo a las comunidades de Cuautla, El Novillero, San Cayetano, El Roblito y Las Arenitas. Son tierras cuya altura no sobrepasa el metro y por lo tanto propensos a inundaciones. Los amigos de Cuautla, ya tienen varios años viviendo su propia tragedia. El más se está tragando sus casas. Desaparecieron sus tradicionales palapas, centros botaneros y restaurantes de playa. La cantina de La Santos, se perdió en la historia. Las aguas anegaron su campo de beisbol. Poco a poco el agua ha ido devorando los jardines de su plazuela. La barda de casa de mi amigo Martin Virgen ya cedió al oleaje. Nadie quiere abandonar su rancho. Tampoco nadie atina a dar información del día. Todos temen lo peor por el paso de Willa pero asimilan la incertidumbre.

“Chillaba machín”, nos platicaba temprano el primo Eduardo Villela al recordar los momentos del paso del fenómeno. Los aires tiraron arbustos del barrio bravo Mancillas, donde vive la familia. Ahí al fondo pudimos ver en video el primero lento y después voraz paso de las corrientes al centro de Tecuala. El callejón privado de la parcela de Genarón fue un fácil arroyo para el agua que ya escapaba del creciente río Acaponeta. Vimos al primo y profe Ramiro Villela con el agua arriba de las rodillas. Se anegó El Pueblo Viejo, El Tacote, Camichín. En éste último sector se localiza la pequeña clínica del Issste.

En el transcurso de la mañana contactamos a los amigos ya la familia. Nadie nos supo decir las condiciones del caserío Pajaritos, allá donde nos vieron nacer. Poncho Villalobos, “El Pello” Alanís, y otras cinco familias se negaron abandonar sus vivienda. Mauricio “el güicho” Hernández Rodríguez se resistió pero cuando un grupo de agentes estatales lo visitó a su casa, dejó de oponerse. “Mira, es mejor que te vengas porque al rato van a venir por tí y a guevo te vas a salir”, le dejaron la advertencia. Fue cuando se convenció de acompañar a su familia que ya estaban en uno de los seis camiones.

En el edificio de dos plantas de la escuela primaria “General Vicente Luna”, ahí por la ahorita ya avenida Zaragoza, amanecieron los paisanos. En la histórica inundación de 1968 se negaron dejar sus casas y prefirieron subirse  los árboles y otros caminaron a los lomeríos. En una de esas lo más murió uno de los cuates de Segundo Palacios por un piquete de alacrán.

La escasa ración y la calidad del primer desayuno es motivo de quejas de las familias en los albergues. Huevos con papas, algo de frijolitos, sin tortillas, es poco y malo desayuno. “No hay donde comprar no tortillas, loco; todo está cerrado por esta inundación. No hay mercado”, nos dijo “el cómico”, un amigo de la infancia consultado para efectos de hacer una descripción lo más realista posible de la catástrofe que ya viven.

El Roblito, El Valle de la Urraca, Las Arenitas, El Cantón, El Tecomate, Pajaritos El Aguaje, La Loma, El Tigre, La Bayona son las comunidades más al norte de Nayarit. En consecuencia, son las rancherías más afectadas por Willa. Idos los vientos, las corrientes del río de Las Cañas serían la peor amenaza. No hay reporte disponible que dicho río se halla convertido en una amenaza. Sus aguas son la pinza perfecta junto con el desbordamiento de las aguas del trío Acaponeta. La cañada que atraviesa Huajuquilla, Pajaritos y El Cantón, no registraba hasta la mañana de este miércoles una crecida. El agua de la laguna “los chorritos”, estaba en proceso de anegación total de esa parte del fértil valle.

El peligro que se cierne son las virulentas aguas del río Acaponeta. A media noche del martes, se encendieron las alertas y se ordenó evacuar a los habitantes de la colonia Las Brisas. No amanecía cuando a Mancillas llegó el agua. A media mañana la calle Zaragoza ya era arroyo natural. El Tacote empezó a inundarse. A mediodía todo el pueblo estaba total menú anegado. Los videos y fotografías puestos en circulación por amigos y familiares son la mejor descripción. El agua inundó la carretera Tecuala y Acaponeta y se ordenó cortar el flujo vehicular. A media tarde personal de protección Civil y de la Marina hacían esfuerzo por localizar y auxiliar a personas atrapadas en viviendas del poblado Agua Verde. A esa hora, el caserío Los Sandovales, hoteles, granjas y ranchos deberían desalojarse.

En Tecuala, el plan original por Willa fue evacuar a las familias de la isla El Novillero. En Cuautla, San Cayetano, El Roblito y el ejido Novillero, viven no más de 4 mil  personas. Luego se incluyeron Las Arenitas, El Tecomate, El Cantón, El Aguaje, Pajaritos, Huajuquilla, y poblados situados en las márgenes del río. Todo se salió del control  y  resulto insuficiente el abasto de alimentos. La cocina comunitaria de la Marina no da abasto a las familias albergadas en la preparatoria Luis Castillo Ledón y en la primaria Constitución de 1957.

Sin probar los huevos con papas y frijoles del desayuno Federico “el Kiko” Mancillas y su primo Rey “el sheriff” Toledo, abandonaron el refugio en la primaria “general Vicente Luna”, husmearon a sus costados y se decidieron caminar por la avenida Zaragoza, rumbo al centro. Atravesaron la plaza y se siguieron de frente. Iban decididos regresar a casa de Pajaritos y ya no regresar. Ya el amigo y vecino, nos dará un informe detallado de los que Willa nos dejó en casa. Allá le pueden arrebatar alguna mojarra al caimán de la cañada y echarla a la cazuela para un buen desayuno. Cuando el meteoro, la familia ya estaba en Tepic. Las gallinas, puercos y chuchos, estarán bien. Siempre y cuando no les llegue la creciente.

A Tecuala y sus comunidades, la peor desgracia está por llegar. No hay forma de relajarse. En sus ranchos, las familias abandonaron no solo sus precarios bienes. Todo es recuperable. En su apurado desalojo abandonaron sus animales, sus vaquitas, becerros, puercos, gallinas a sus animales de corral. También deambulan en solitario y aguas anegadas sus mascotas. Son también vidas.

El clamor es un llamado al pronto auxilio del gobierno. El llamado solidario esa a declarar zona de desastre a todo el municipio y tener acceso inmediato a recurso del Fonden, el Fondo Nacional de desastres.

Los pobladores de esa región saben lo que es superar ésta y otras calamidades y ahora no será la excepción. Los paisanos se van a levantar. Volverán a irse de pesca a las lagunas. Si perdieron ganado, harán multiplicar sus hatos ganaderos. Mi amigo y vecino “Pellín” volverá a ver sus vacas en los corrales del Canelo”. De las fértiles tierras renacerán todos los cultivos. La vida va florecer y más pronto de lo que crea el más grande pesimista.

 

Revolcadero

 

Nuestra atención ha sido hasta ahorita en Tecuala y sus comunidades. Pero el impacto directo de Willa lo sufrieron los vecinos de Teacapán. En ese viejo pueblo de pescadores viven muy buenos, amigos. Es la tierra del ingeniero Juanito Nava un compañero de estudios. Un poco más adentro de las marismas, Cristo Rey es la casa de mi amigo Mario Rodríguez, compañero de andanzas y casa universitarias en Mazatlán. Los Viera de La Isla del Boque pusieron su pecho a los vientos de doña Willa. Por ahí pasó la ruta del meteoro. La familia, Rivera Rojas, el amigo abogado y ex boxeador, Filiberto Martínez, todos se fajaron en Escuinapa. Ellos pusieron la mayor parte para detener el avance del huracán. Los amigos del equipo de beisbol en la Liga Instruccional de beisbol en Cacalotán cacharon las lluvias que bajaron del cerro. Otros amigos beisbolistas, los de Apoderado y El Pozole, ya en El Rosario pudieron tener mejor suerte por situarse más al norte del punto de impacto. ****** Preguntamos por los amigos y familiares de la comunidad El Cantón, que como ejido lleva de nombre El Tejón. Sus casi 400 habitantes fueron  desalojados de sus casas y llevados a un alberge en Acaponeta, a cuya municipalidad corresponden. Su ruta regular para salir del poblado es por el rancho del autor. La vida social, deportiva y toda actividad comercial la realizan cotidianamente con el municipio de Tecuala. Nos preguntaron por esas familias pero obtuvimos reportes de haber sido llevados a un albergue en Acaponeta. Nadie supo decirnos si esa evacuación ocurrió Por el viejo callejón a Aguaje o por la carretera de Pajaritos. Confiamos que “el cheque”, “el millán”, “el caramiada”, toda la familia, estén bien.******* Vaya indignación de los vallartenses al  trascender ayer aquí el anuncio del gobernador electo, Enrique Alfaro que Ramón Guerrero Martínez será su enlace del gobierno estatal para los programas Federales. Y no sabemos si “el mochilas” será un muro contra Carlos Lomelí, éste designado ya enlace pero por parte del futuro gobierno federal de don Amlo, o Lomelí será el muro para detener los ímpetos de la deshonestidad mochilista. Es unánime el repudio hacia “el mochilas” y poco a poco se traduce en un malestar contra Alfaro.

 

Por Gerardo Sandoval Ortiz

“Hay viene el chicón”, gritó a media función Alfredo “la cacaña” Hernández en su inentendible hablar y saltando de la tabla del “Cinema Pajaritos”. A la cabina entraron los guachos, reclamaron por la función y ordenaron evacuar a los asistentes.

Por Gerardo Sandoval Ortiz

Cuando la mañana del pasado miércoles llegaron a la “oficina” de trabajo y hallaron afuera del edificio algunos muebles, los empleados del Centro de Maestros Costa-Sierra Occidental captaron aquella sabia recomendación de sus superiores. “Échenle la bendición cada vez que salgan”, fue la encomienda.

Por Gerardo Sandoval Ortiz

“Qué perro, la verdad. Con el simple hecho de meter a Oscar nos tumbaría muchísimos votos”, nos dijo un militante del Movimiento Ciudadano en las horas que en Guadalajara se finiquitaban las negociaciones del reparto de regidurías.

Por Gerardo Sandoval Ortiz

El vía crucis de Gloria inició luego de una tenue discusión con el padre de sus dos pequeñas. Se negó compartir su hogar con la hija y yerno de su pareja, disgusto que aprovechó para visitar a su madre y viajar a Guadalajara. Regresó en una semana y halló la puerta cerrada de casa.

Por Gerardo Sandoval Ortiz

En las delegaciones municipales, desde El Pitillal y hasta Las Palmas, pasando por Ixtapa y Las Juntas, la cosa esta que arde. Son los últimos desgreñes y jaloneos para tratar de influir en los nombramientos de su  “primera autoridad”, del delegado municipal de su demarcación.

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