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Jueves, 23 Octubre 2014 00:26

Las incongruencias de Alfaro

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Por Gerardo Sandoval Ortiz

Enrique Alfaro Ramírez acabó su obra: el Movimiento Ciudadano irá solo, sin alianzas, a las próximas elecciones locales.

 

El hijo de Enrique Alfaro Anguiano se envalentonó cuando en las pasadas elecciones desplazó al Partido Acción Nacional y obtuvo tantos votos que hasta el Partido revolucionario Institucional, que a su vez arrebató al PAN la gubernatura, se vio amenazado.

Alfaro es la cabeza visible del ahora llamado Grupo Atlajomulco, franquiciaarios en la entidad del MC. Aspira otra vez a capitanear a los naranjas, ganar la alcaldía el siguiente año y desde ahí catapultarse a la candidatura a y ahora sí, ganar la gubernatura.

Los partidarios de Alfaro se sienten optimistas, influenciados precisamente por el ex alcalde de Tlajomulco de Zúñiga. En Jalisco, las alianzas electorales son la moda, pero Alfaro está dispuesto a ir a contracorriente. Lo impulsa el reto a demostrar que él sí es popular y lo aceptan los electores jaliscienses. Semanas atrás, el diario Mural publicó estudios de opinión en los que colocó al ex priista y ex perredista en la punta de todos los indicativos de preferencia electoral. Son esas encuetas las que animaron a Alfaro a disponer en el MC que nada de alianzas.

El acuerdo se tomó este martes. Un día antes el líder único había dado línea al anticipar un breve discurso dirigido a la militancia que nada de pensar en aliarse con otros partidos.

Decíamos de modas electorales. Acá en Puerto Vallarta la intentona se quedó en iniciativa cuando precisamente vino Alfaro a decirles que no. Un grupo de emecistas proponía establecer acuerdos con panistas y coaligarse para juntos competirle al PRI. El líder moral del partido les dijo que no. En aquel momento Arturo Dávalos Peña y su grupo, reorientaron estrategias y se dedicaron a consolidar el proyecto, ya sin distraerse en considerar la posibilidad de ir de la mano con el PAN. La posibilidad de quién iría primero, quién pone al candidato, si Dávalos o el panista Juan José Cuevas García, ni siquiera fue tema de discusión.

Puerto Vallarta atraviesa por circunstancias coyunturales muy distintas a Atlajomulco y la zona metropolitana. Allá Alfaro es aceptado y acá, el capital del MC tiene sello personal y se lo ganó, no Alfaro, sino Ramón Guerrero Martínez. Un dos a uno, en las preferencias a su favor, es la razón del envalentonamiento de Alfaro. Aventaja a quien le pongan, al priista Trino Padilla o al panista Alfonso Petersen, dos de sus potenciales adversarios en Guadalajara.

Si en la zona metropolitana muy pronto se desgataron los alcaldes priistas, todos con fama de ladrones ganada en apenas dos años, en Puerto Vallarta el desgaste natural del ejercicio del poderle corresponde al MC. En esos dos años, el PRI se ha reposicionado y es la amenaza de los naranjas. De ahí el planteamiento de ir necesariamente aliados PAN y MC para cerrarle el camino a los priistas.

Lo interesante en todo esto es la conducta de Alfaro. Se erigió como el mesías, un caudillo de rancho, de corte dictatorial del MC en Jalisco. En el “centro” no se le oponen en buena medida por haber sido uno de los candidatos que salvaron al MC de la pérdida del registro en la pasada elección federal. 

Alfaro cree que quienes lo buscan y le proponen coaligarse lo hacen para granjearse privilegios, para ganar posiciones, para conservar el registro. No es ese el caso del PAN. Los promotores de la alianza asumieron que esa sería la única fórmula para ganar la presidencia municipal.

El discurso del gurú naranja es embustero. Apeló al mismo discurso de campaña, el de ser él un candidato independiente y disputarle el voto a partidos adicionales corruptos y rechazados por la ciudadanía. Un político apartidista, digno representante ciudadano, no lo es Alfaro. En todo caso, es un ejemplar de los llamados bebesaurios, con un largo pasado priista de cuyo partido disfrutó de las prebendas. Es socio en distintos negocios de priistas y panistas. Ha podido amasar fortuna precisamente al amparo del poder. Si para hacer política ahora desdeña a los partidos, a priistas o panistas, les abre los brazos cuando se trata de hacer negocios.

Ahora, en los hechos, su partido y él, mantienen vínculos con figuras del panismo. También tiene priistas en su manto. Acá en la administración municipal despachan panistas que conservan su militancia. Se cuentan por decenas y son de todos los niveles, de la elite y de abajo. Más aun, una pléyade de panistas ha renunciado al PAN y se encaminan a incursionar en el MC.

Alfaro no quiere alianzas formales pero abre las puertas del MC a políticos. Son alianzas, lo acepte o no, aunque en el plano individual, y se pactan para obtener beneficios. Alfaro añora ser gobernador y sabe que necesita del apoyo de priistas, panistas, de otros colores.

El optimismo radica en creerse ya ganadores en Guadalajara. La capital del estado es el corazón político de Jalisco y de ahí concluye Alfaro que será el futuro gobernador. Es un cálculo que matemáticamente es erróneo. Guadalajara y Atlajomulco no son Jalisco y Puerto Vallarta es aparte. Si allá en la zona metropolitana se acerca al 30 por ciento la aceptación de Alfaro, acá si acaso un diez por ciento lo conocen. Ese es el promedio estimado de Alfaro más allá de la urbe y de ahí se desprende su motivación a construir alianzas, pero individuales, actos que marcan la incongruencia de un político con desmedidas ambiciones de gobernar el estado.

 REVOLCADERO

Divertido que es el diputado local y presidente del Comité Directivo Municipal del PRI, Gustavo González Villaseñor; “tengo miedo, tengo miedo” saludó al autor frente al panteón de Ixtapa, el lunes pasado. Hasta ese sitio fue el dirigente priista para hacer acto de presencia en el camposanto y dar el pésame a la familia Gómez Encarnación por el fallecimiento de don Manuel Gómez Luquín. Gustavo bromeaba por escritos previos en donde se enfatiza que tiene miedo a la candidatura independiente del médico Francisco Sánchez Peña. Le tiene pavor a ese escenario por saber que el galeno la representa al PRI la pérdida de varios miles de votos, una probable causa para perder la elección.****** Por cierto, Arturo Dávalos Peña y el diputado Juan José Cuevas García fueron de los personajes vistos en la misa de cuerpo presente de don Manuel Gómez Luquín. También saludamos a don Crescencio Flores Alvarado, “chano” para los amigos, el primer presidente municipal de Bahía de Banderas. Antes, en el velorio, vimos a Héctor Paniagua Salazar, el dos veces alcalde del vecino municipio, y candidato perdedor en la elección de julio pasado. ****** El asesinato del ex alcalde de Cabo Corrientes, Carlos Alberto Orozco Madrigal, y de su acompañante Elías Avalos García en un camino rural en las inmediaciones del poblado San Rafael de los Morenos encendió luces de alerta. Los habitantes de la región ya sienten que la inseguridad se asoma a las puertas de su casa. Ayer miércoles marcharon la comunidad universitaria en las ciudades donde hay planteles. En jueves, a las ocho de la mañana se prevé una marcha por todo el malecón. Son manifestaciones y expresiones de repudio a la violencia. 

 

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