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Domingo, 04 Agosto 2013 15:31

Ramón Guerrero lo probó… ¡y le gustó!

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Por Sebastián Zavala Cordero

Curioseando entre la abundante paja del ciberespacio, podrás encontrar una de las escasas “agujas noticiosas”

locales, la crónica obra de la amiga y compañera periodista Martha Ramírez, sobre otra colorida reunión del cabildo que encabeza el extraño presidente municipal Ramón Demetrio Guerrero Martínez, alias “El Mochilas”.

Y es que el de Ayutla, cobijado por oscuros personajes ligados al “neopanismo vallartense” –varios de ellos, por cierto, ya no encuentran la salida, o ya se la mostraron- persiste en sus intentos de saquear a la comuna mediante contrataciones, compras y erogaciones de los que se niega a rendir cuentas claras, continuando el nefasto legado de Javier Bravo y Salvador González Reséndiz.

¡Ahhh!... pero esta situación, la impunidad que pretende quien se apoda “El Mochilas”, no es del todo negativa, puesto que por lo menos ha permitido a la sociedad informada, la que sabe leer entre líneas, descubrir la podredumbre que avanza y se apodera de las instituciones, del gobierno local y hasta de los medios de difusión.

LOS TÍTERES DEL CABILDO

Fundamentalmente los desorganizados, antidemocráticos y hasta violentos encuentros de cabildo, dejan al descubierto -como la bajamar a gusanos- a aquellos que por el resultado electoral pueden ostentarse como regidores, pero que en realidad son peleles que sólo van a la presidencia a levantar la mano, a intentar ser partícipes de las “movidas” de su titiritero, y a sacudirle la colita (entiéndase esto como Usted guste…)

Quizá no en ese preciso orden, pero eso es a lo que se dedican por lo menos nueve regidores; uno a uno los iremos desenmascarando, mediante entrevistas donde dejaremos que se maten por propia mano, y que serán puntualmente publicadas en este espacio.

Independientemente de Humberto Muñoz Vargas (quien como cualquiera puede comprobarlo, cumple cabalmente su trabajo) vamos viendo quiénes son y qué saben en realidad los “representantes” de la comuna, particularmente tres o cuatro de ellas y ellos, que por naturaleza y orden común de las cosas, debieran ser celosos vigilantes combativos: Jesús Anaya, Tito Yerena, Adrián Méndez y, muy en especial, la ex periodista Susana Carreño… Los demás son bulto, pero pese a ello intentaremos conocer sus verdaderas motivaciones.

MEDIOS DE DESINFORMACIÓN

Otra lamentable vertiente de la antidemocracia que pretende implantar Ramón alias “El Mochilas”, es la continuación de una práctica peligrosa y deleznable por parte de las empresas informativas, que es entregar su criterio y su libertad a cambio de igualas, contratos de publicidad y prebendas.

Cualquiera puede entender que los periódicos impresos, espacios noticiosos radiofónicos y páginas web informativas, necesitan recursos, liquidez para operar y cubrir sueldos de reporteros y personal; pero vender espacios publicitarios nunca será lo mismo que ofrecer a tus lectores o auditorio como “carne de propaganda falaz”.

Los medios de información se transformaron en instrumentos de promoción y engaño, en simples canales para difundir lo que le conviene al poder en turno; es por esto que Ramón Guerrero continúa el saqueo y los malos manejos financieros de la comuna, es por eso que durante tres administraciones municipales, Gustavo, Javier y Salvador hicieron su “Año de Hidalgo”, con total impunidad.

Los comunicadores -que no los editores quienes sí $aben qué quieren- languidecen entre la disyuntiva de intentar comer y vivir bien, acorde a la “elegancia” y “distinción” de su entorno y “amistades políticas”, o de hacer con corrección y profesionalismo su trabajo.

Los periodistas dejaron de servir a la población, pero honrosas excepciones (hay, descúbrelas, lector) ponen muestra, ejemplo de que sabe mejor un plato de frijoles entre gente honesta, que los banquetes que ocasionalmente les convida –no con su dinero, ¡por supuesto!- el “hormonal” presidente municipal.

Recalco que esta triste práctica de los medios de desinformación es peligrosa, principalmente por lo que deja a la sociedad, pero también porque ésta comienza a salir del engaño, gracias a las redes sociales y medios electrónicos de información; entonces el principal riesgo es para las propias empresas noticiosas, y su personal, que cada vez tienen menos ingresos, en una perdida proporcional al grueso de la estampida de lectores o escuchas decepcionados.

“El MOCHILAS” DEBE PROBAR PRIMERO

Pero retomando la ilustrativa crónica mencionada al principio, podemos descubrir en la sesión de ediles la incongruencia y marrullería de “El Mochilas”, haciendo gala de su último sofisma, al advertir al regidor Humberto Muñoz, que quien acusa debe demostrar.

Y es que Humberto Muñoz le dijo, descriptivamente hablando, que es un ladrón y un tirano, que actúa en lo escondido y viste de opacidad sus acciones… Es decir, nada que no sepamos los emocionados espectadores.

Argumentando estupideces legaloides, “El Mochilas” le responde al regidor, pidiéndole que haga trabajo de investigación, que hurgue el pliego de los sobrados cueros del alcalde en busca de cadáveres, que le saque algo de lo que por tan podrido, ya apesta hasta Guadalajara… ¡Fuchi!

No hay necesidad de tanto brinco y chillidos por parte de Ramón; tan fácil es que muestre números, contratos y convenios, que ponga a la vista de todos lo que por ley tiene que probar: Que no se está aprovechando de los impuestos de la ciudadanía, que Humberto Muñoz no tiene argumentos sólidos para señalarlo con índice de fuego.

Alguien tiene que decirle al “Mochilas”, a este “mareador” merolico de rancho, que la obligación de probar que no está robando, que no está incurriendo en malos manejos en perjuicio de los vallartenses, es de él, sólo de él… de nadie más.

Si no lo hace, si no se abre para enseñar que no es una rata, “El Mochilas” estará simplemente ratificando que LO PROBÓ… ¡y le gustó!: el ejercicio antidemocrático del poder.

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