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Miércoles, 20 Septiembre 2023 00:00

Cuando la ambición te deja ‘así del precipicio’; el caso de Rocío Catalina y su esposo gringo Destacado

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Por Jorge Olmos Contreras

El presente es un caso en el que la ambición y el poder del dinero llevó a una mujer mexicana a cometer un presunto crimen que hoy la tiene al borde del precipicio y a punto de pasar muchos años en prisión, todo por vender los bienes conyugales sin el consentimiento de su marido, un ciudadano norteamericano que ya falleció.

Rocío Catalina es la típica mujer que, para tener un futuro asegurado y una situación económica sin problemas, contrajo matrimonio con el estadounidense Trevord Alfred Barr, quien a su vez se hizo de varias propiedades en Puerto Vallarta, algunas de estas de gran valía.

Casados por más de 20 años --contrajeron nupcias en 1999--, los esposos tuvieron una hija, pero con el paso del tiempo la relación se deterioró y las cosas comenzaron a salirse de control, sobre todo porque, se comenta en corrillos judiciales, el norteamericano inició amistades de dudosa reputación –un grupo al parecer con nexos delincuenciales-- y habrían adquirido bienes inmuebles tanto en Vallarta como en Bahía de Banderas.

LAS VENTAS… Y LAS GANANCIAS

También, por trascendidos, se conoce que la señora Villalobos Ocaranza quiso hacerle una mala jugada a Trevord y vendió dos valiosas propiedades. A saber, enajenó a título oneroso, la parcela 105 del ejido Bucerías con una superficie de seis mil 446 metros cuadrados.

No solo eso, también vendió --a escondidas del marido-- el departamento 2303 tipo A2 tercer nivel del edificio 2000 del condominio Grand Venetian, ubicado en la zona hotelera de Puerto Vallarta, con lo obtuvo varios millones de pesos, pues tan solo por este inmueble obtuvo tres millones 500 mil pesos.

Desde luego, Trevord no se quedó con los brazos cruzados y al enterarse de que su esposa había vendido los bienes conyugales sin su consentimiento, la denunció por fraude.

Al enterarse de que la policía la buscaba, Rocío Catalina huyó y tiempo después fue ubicada en Aguascalientes, donde fue detenida por agentes de la fiscalía de aquel estado y entregada a sus similares de Jalisco, quienes la trajeron a Puerto Vallarta.

Apenas hace unos días, Rocío Catalina fue vinculada por un juez de control y oralidad por el delito de fraude específico, ya que se le imputa que, no obstante encontrarse unida en matrimonio en régimen de sociedad legal con la víctima Trevord Alfred Barr, enajenó los bienes.

LOS COMPRADORES

Ahora bien, por datos que se manejan al interior de la fiscalía, hay dos nombres de personas involucradas en la compra venta de los bienes, ya que la parcela se la habría vendido a un tal Agustín Quiñonez Ramos y el departamento a un tal Felipe Vargas Torres.

Algunos abogados han comentado que Rocío Catalina hizo mal las cosas, calculó mal los tiempos –todo por ambición--, pues si hubiera esperado un poco más y dejar que las cosas sucedieran de forma natural, no habría tenido ningún problema de tipo legal; ya que al morir el marido todos los bienes hubieran pasado a manos de la mujer, pero se adelantó y sin el visto bueno de Trevord Alfred y aún con vida este, vendió las propiedades que eran de los dos.

Y al existir datos de prueba suficientes, un Juez de Control la vinculó y le impuso medidas cautelares diversas a la prisión durante el tiempo que dure el proceso.

 

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