giweather joomla module
Martes, 28 Mayo 2013 03:45

La historia de “El Muñeco”, el último lugarteniente del Sheriff Alcaraz

Escrito por
Valora este artículo
(0 votos)

A media mañana de un jueves de este año, Chalío se dispuso salir del pequeño cuarto que rentaba a su primo Juan Becerra para  trasladarse a Las Juntas. Le dijo a su mujer que se iba a trabajar. Caminó media cuadra y al dar la vuelta por la calle Zaragoza olfateó el peligro. Pudo ver los vehículos que tripulaban personajes que el identificaba como potenciales enemigos. Corrió y se metió al taller de otro de sus primos.

 

Ese fue su infierno.

Entre los vehículos en reparación intentó escapar a la lluvia de balas pero no pudo. Un certero balazo le cercenó la cabeza, perdiendo la gorra que como indicio fue recogida más tarde por los sabuesos que acudieron al reporte. Los pistoleros lo levantaron en vilo y lo subieron a una camioneta y se lo llevaron a rastras. Horas después su cuerpo fue hallado por la brecha que conduce a Cañadas Campestres.

Rosalío Ríos Espinosa, era el nombre completo de “Chalío” o mejor conocido como “El Muñeco”, sabía que era buscado por pistoleros de paga al servicio de un grupo. En los últimos años había escapado en por lo menos en dos ocasiones. Siempre se las ingeniaba para salir bien librado. A sus amigos solía platicar detalles de esos momentos de peligro. Se notaba que disfrutaba sus historias, como aquella vez que fue llevado a la parte alta de las orillas de Ixtapa por un grupo de sujetos al mando de Gildardo Rodríguez de la Rosa (a) “El Gilillo”. Lo maniataron y el Gilillo le propinó una golpiza. “Pegas como niña” respondía a los golpes y a gritos retaba que lo desamarraran para pelear en igualdad de condiciones. En un momento de distracción, se lanzó por una cuesta tupida de matorrales y aprovechó lo agreste del terreno para escapar. Sus captores lo buscaron sin hallarlo y regresaron a la casa de su cuñado Andrés pero “La muñeca” –como también le decían– ya no regresó a la casa de su hermana.

Se escondió un tiempo para deambular por el cerro y los callejones que confluyen a los pueblos de la región. Fue un hombre acostumbrado a pernoctar en las peores condiciones. Por un tiempo vivió en una cabaña a orillas del río Ameca. Para saciar el hambre salía al río a pescar. Se especializó en atrapar cocodrilos y en los patios de la parcela acumuló docenas de pieles.

Sin embargo, salía de sus escondites con mucha frecuencia y era común verlo por los callejones que llevan a los ríos. A veces montado en un caballo o conduciendo una destartalada camioneta, eran sus medios de transporte. El viejo camino de Las Juntas a Ixtapa era de sus rutas preferidas aunque en los últimos meses supo que era momento de cambiar de hábitos. Pocas veces se dejaba ver en el último año.

Los motivos de su muerte no son del todo claros. El día de su ejecución los vecinos pudieron ver características de los vehículos y hasta el rostro de los individuos. Lo platican en privado pero cuando se les interroga nadie dijo saber nada ni haber visto a los pistoleros. En Ixtapa saben quiénes dispararon y hasta mencionen nombres y apodos. Pero ante la ley nadie dice nada. Es evidente que tienen miedo.

Se cuentan decenas de historias alrededor de la figura de Chalío. Nadie quien lo describe como individuo dedicado a cuestiones ilícitas  exagera. Igual se metía a los corrales para robarse un caballo o una vaca, que aceptar la invitación de hacer trabajos ligados a la delincuencia organizada. Quienes lo conocían lo asocian con Reyes Rendón –el secuestrador de Ixtapa– y creen que eso lo condujo a la muerte. La versión apunta a que se mantenía activo y al lado de Reyes cometió algunos actos.

Después de ubicar a Reyes el siguiente objetivo fue él. A Reyes lo ejecutaron por sus relaciones con Aurelio “El Sheriff” Alcaraz. A esa célula que se mantenía fiel al clan de Los Alcaraz se les imputa la muerte de “El Guante” y el atentado contra “El Ivason”, primos entre ellos, en represalia por el saqueo a las propiedades de la familia Alcaraz.

Existe otra versión menos conocida. Hace algunos años, en un corral se celebraba una charreada y entre los asistentes estaba un grupo de amigos de un individuo que en estos momentos funge como jefe del grupo que domina en la zona rural. Chalío estaba en otro grupo de asistentes. En un momento determinado, dos individuos discutieron y se liaron a golpes. Cada uno se metió a defender a su amigo. Los dos terminaron liándose a golpes. De mayor peso y estatura, individuo roñoso y forjado en las peores condiciones, Chalío le puso una golpiza a su adversario,  quien nunca olvidó la afrenta. Esta segunda versión indica que un jueves de febrero de este 2013, el capo consumió alguna sustancia que lo animó a buscar revancha y ordenó a su gente ir por él y levantarlo. Lo localizaron, lo
balearon y mal herido lo arrastraron hasta subirlo a un vehículo para llevarlo a jefe.

Pero en el camino se les murió y lo arrojaron al suelo.

En vida “La Muñeca”, como le decían sus amigos, platicó que el grupo que controla la zona lo buscó para exigirle integrarse a su grupo. En su reciente pasado había hecho trabajos para grupos organizados y ahora se negaba a regresar a esos negocios. Según el, esa era la razón por la que “El Gilillo” lo buscó varias veces.

“El Gilillo” fue detenido después del fallido intento de levantar  a un agente federal en el estacionamiento de Plaza Soriana del Pitillal y está preso en Guadalajara. Al momento de ser detenido se le sumó el crimen de Mario Arreola García, “El Pollas”, cometido en abril de 2010 y eso complicó su situación.

La versión más aceptada es la historia que gira en torno a la relación con Reyes. Chalío sabía que era buscado pero no quiso esconderse. Había establecido una relación más formal  con su pareja, apostó y le costó su vida.

Pero hay otra versión sobre su muerte, ya que algunos comentan en Ixtapa que al cuerpo descuartizado encontrado en un charco cerca del río Ameca, era de “El Muñeco”, ya que el o los sicarios que lo
ejecutaron, habrían recibido la orden de regresar por el cadáver tirado en campestre Las Cañadas y llevarlo cerca del afluente para aventarlo a un área de cocodrilos.

Lo cierto es que las autoridades después encontraron restos humanos en esa zona, sobre todo un pie humano que flotaba en el agua.

Visto 6511 veces
Inicia sesión para enviar comentarios

Vínculos importantes

Publicidad

Para anuncios en la versión impresa y en línea comunicarse a la Redacción al teléfono 322 294 8412