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Miércoles, 15 Enero 2020 07:55

Se compra fierro viejo… Y aparece “Corazón Vallartense”

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Por Jorge Olmos Contreras

Como una medida desesperada parecida a alguien que cae al precipicio y se agarra de la última liana, así fue interpretada por la clase política local el anuncio de que una asociación patito-denominada “Corazón Vallartense” se unía al proyecto político del diputado local Luis Ernesto Munguía González. Nosotros lo vimos como un escaparate en un mercado de pulgas; como si hubiera pasado una camioneta de modelo atrasado --con una leyenda atrás de “es más gacho andar a pata” – manejada por Luis Munguía gritando ¡se compra fierro viejo! y aparecieron por arte de magia varios armatostes vivientes.

Desde luego, nos referimos a los quemadísimos cartuchos representados por el abogado Roberto Ascencio Castillo y los ex regidores panistas Julio César Santana Hernández y Héctor Gallegos de Santiago. A estos tres súmele usted al cuasi delincuente barzonista Fidencio Hernández.

Los cuatro estaban abandonados en el rincón de las desgracias políticas al lado del hombre de hojalata, pero los rescató el ropavejero Luis Munguía, quien antes se reunió con la pandilla de Alicia en el país de las maravillas para darle los últimos toques a la agrupación “Corazón Vallartense”.

CORAZÓN VALIENTE

Dicen que Héctor Gallegos le quería poner a esta asociación “Corazón Valiente”, pero que desde Guadalajara recibió una llamada del Mochilas para decirle que no se anduviera con payasadas y pensara en un nombre más serio.

Por ello, tanto Roberto Ascencio Castillo como el mismísimo Héctor Gallegos consultaron al pseudo motivador, Ramón Chávez Lara para que éste a su vez recorriera toda la zona romántica de Vallarta en busca de un nombre que fuera “incluyente” y no se les fuera a enojar Teto Betancourt.

Y ya con el visto de Luis Munguía –quien siempre pensó en los señoritos que tiene incrustados en el Tec Vallarta y en otros puestos claves como la Unirse--, lanzaron el membrete y quisieron sorprender a todo Vallarta con su anuncio; pero el tiro les salió por la culata al darse cuenta de que la asociación es prácticamente de saliva, que su membresía es muy reducida y que sus máximos representantes tienen una cola de aquí a las islas Marietas que no la podrían ocultar ni yendo a bailar a Chalma.

El fierro viejo comprado por Luis Munguía no aguanta el más mínimo examen de control y confianza, ni mucho menos una revisión a sus trayectorias públicas y o privadas. Bueno con decirles que uno de estos personajes hasta problemas psicológicos (¿o serán psiquiátricos?) tiene al no tolerar la presencia de mujeres en ningún lado, a la primera de cambios las agarra a golpes.

EL INTELECTUAL

En este sentido, podemos señalar que el “intelectual” del grupo es Héctor Gallegos (y eso sí le debería de doler al abogado Roberto Ascencio), el mejor traidor que ha pululado en los partidos políticos de Puerto Vallarta, el que se vende al mejor postor y cuyos aires de grandeza (imaginen que siempre ha querido ser alcalde de Vallarta) se topan frecuentemente con su dislexia y su pequeña, más bien enana estatura política.

Héctor Gallegos es una especie de bufón de la política vallartense y ha caído tan, pero tan bajo, que aceptó ser gestor de trámites ciudadanos (en mi rancho les dicen coyotes) al servicio del diputado Luis Munguía.

Desde octubre del año pasado, se hizo de una sillita de madera y se fue a sentar al edificio de la Unidad Municipal Administrativa (UMA) y después a los pasillos de la presidencia municipal del centro para pescar ciudadanos que acudían a realizar algún trámite. El los abordaba (todos pensaban que era un vendedor pirata de tiempos compartidos por su forma de vestir) para ofrecerles su gestoría sin pedirles nada a cambio, solo solicitaba unos minutos de su tiempo para decirles que el trámite se los regalaba –desde luego el trámite no costaba nada—el diputado Luis Munguía, a quien tenían que apoyar porque iba a ser el próximo presidente municipal.

Y cuando se topaba con personas conocidas y de otros partidos, Héctor Gallegos les decía que el candidato va a ser Luis Munguía, que ya todo está acordado por el gobernador Enrique Alfaro y por Ramón Guerrero Martínez, mejor conocido como El Mochilas, quien es el verdadero impulsor de Munguía, según el señor Gallegos.

DE LA EUFORIA… AL DRENAJE

Total, que Héctor Gallegos salió de las alcantarillas para asumirse como el creador de “Corazón Vallartense” y en unas pocas horas su euforia se fue al drenaje al toparse con la cruda realidad, esa que nos dice que Luis Munguía no levanta en simpatías en las colonias populares de Puerto Vallarta.

Sin embargo, los “asesores” de Luis le juran y perjuran que en las redes sociales va muy bien y tratan de proyectar una imagen virtual que adolece de mediciones serias por su alto grado de volatilidad. Recuerden el caso del periodista Luis Alberto Alcaraz López, quien pensó que por tener seis mil seguidores en Facebook o porque algún video alcanzaba 14 mil visitas, ya tenía los votos asegurados.

Y no fue así, el famoso Lagrimita vallartense tragó camote y se esfumó de los medios y la política local.

Pero bueno, a Héctor Gallegos y compañía les falta recibir una desagradable sorpresa más, y esta será cuando se anuncie quiénes serán los candidatos del MC a la presidencia municipal, a la diputación local y a la diputación federal, todo palomeado por el mismísimo gobernador Enrique Alfaro.

Por lo demás, una asociación de reciente creación como “Corazón Vallartense” no puede tener ningún peso político cuando sus dirigentes están envueltos en escándalos mayúsculos, como el de Julio César Santana Hernández, quien hasta pisó la cárcel por violencia intrafamiliar (al parecer golpeó a su esposa) luego de dejar la regiduría panista.

LOS HONORABLES

O como Roberto Ascencio Castillo, quien, a su paso por la sindicatura municipal, en tiempos del Mochilas, elaboró un contrato de “prestación de servicios” en favor de Héctor Gallegos en el que le pagarían miles de pesos mensuales, pero al ser ventilado por la prensa, ya no pudieron robar como pretendían.

Roberto Ascencio tiene otros puntos negros en su trayectoria como abogado, como un caso en el que se vio implicado al defender a un locatario del mercado río Cuale de nombre Mario que se involucró de alguna manera en el asesinato de una señora que algo tenía que ver en una criba de Ixtapa.

De Fidencio Hernández podíamos decir una y mil cosas, pero lo dejamos para otra columna.

No obstante, les podemos adelantar las ventas de terrenos rurales ajenos al mismo Fidencio, en cuyo escenario que habría despojado a particulares en la zona de El Colorado, allá por donde se dice que el narcotraficante Rafael Caro Quintero compró cientos de hectáreas y donde iba a ser el fraccionamiento Colinas Campestres.

Pero la cereza del pastel en el proyecto de Luis Munguía es la adquisición reciente de un destacado priista sobre el que pesa una grave acusación y de la que hablaremos la próxima semana, donde también vamos a revelar la conexión del diputado señorito con dos personajes que han tenido problemas con la justicia y que forman parte de su honorabilísimo equipo.

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