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Jueves, 14 Septiembre 2023 00:37

La saga de los “huevones” II … bajos sueldos y cero motivaciones, igual a trabajadores de dos horas Destacado

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Por Samantha Messina

El récord de menos tiempo trabajado lo ostenta un joven que llegó a pedir chamba a una refaccionaria automotriz que se única en Las Juntas, ya que solo laboró dos horas y en menos que canta un gallo abandonó la tienda sin avisar.

Lo anterior fue confirmado por Rafael Montiel, encargado del establecimiento comercial, quien comentó que en la sucursal cuentan con siete personas laborando con horario de nueve horas incluida la hora de comida, que les dan un bono diario para alimentos por 80 pesos, además de un bono quincenal por asistencia, “pero después de pandemia se ha complicado contratar personal y eso que ya regresamos a la normalidad”.

Dijo que, para ser más accesibles, recortaron horarios para tener más flexibilidad con los empleados, pero lo máximo que les ha durado un trabajador son dos meses, y lo mínimo dos horas. Se trató de una de una persona que entró a trabajar y se fue en horas laborales, argumentando que le había salido otro trabajo, dejando a medias la chamba”.

Pero esto es cosa de todos los días, ya que algunos que han contratado se han ido, llegaban tarde o simplemente no llegaban al día siguiente. Pero no solo eso, Rafael Montiel comenta que hoy muchos de los empleados son muy sensibles, no les gusta que les digan qué hacer, que los pongan a trabajar, ya que eso les molesta y terminan por renunciar si se les llamaba la atención; y esto desestabiliza a cualquier empresa.

“Le hemos batallado mucho en contratar personal, así  que tratamos de que el sueldo sea justo o que tengan más beneficios, pues sabemos que ahora la gente busca más opciones”, agrega.

EL CASO BANANA BAR


Paula Torrejón encargada del restaurante Banana Bar con la cual nos sentamos a platicar sobre cómo le ha ido con la contratación de empleados, señala que esta problemática comenzó a sentirse desde el 2019 y con el inicio de la pandemia se agudizó, pero cree que el asunto es más emocional, ahora los empleados son más sensibles a ciertas cosas.

Pero también opina que muchas empresas no tienen prestaciones o sueldos acorde al trabajo realizado y eso no le agrada a mucha gente, pues como está la situación y la vida de cara, se necesita un sueldo que te ayude a solventar los gastos.

Por ejemplo, el trabajo de cocinero es muy pesado por la temperatura en la cual laboran, presiones, peligros etc.; tienen hora de entrada, pero de salida a veces no se sabe, depende de los clientes que haya. En temporada alta para ellos el descanso es difícil y posiblemente no tengan; entonces si un cocinero tiene la posibilidad de cambiarse a otro trabajo donde sea menos pesado o que tengas horarios definidos, sin duda lo hará.

El problema se ha reflejado más en los últimos dos años, para ella también ha sido difícil contratar personal, pues cree que una de las cosas que está originando este fenómeno es que la gente no se siente segura ni a gusto en donde están o simplemente se les hace fácil cambiar de trabajo sin tener algo seguro o una estabilidad; o también puede ser la educación, que ahora está cambiando en formar hijos más independientes.

El problema es tan serio, dice Paula, que hubo un trabajador que duró dos horas máximo y que de un de repente se fue, no esperó ni la hora de salida para poder decir gracias, ya no quiero el trabajo; pero aun así siguieron con su rutina laboral, aunque esos les afecta pues si hay mucha gente el hecho de que no tengan suficientes meseros causa más estrés para los demás trabajadores y hasta para el cocinero. “Lo que más queremos es tener contentos a los clientes para que se vayan con una buena imagen del restaurant”, pero no siempre se puede.

 

EL CASO ALBARRÁN

Albarrán es una empresa que tiene muchos años en el mercado, se caracteriza por su calidad de llantas y servicio, cuenta con 15 sucursales en Guadalajara y una en puerto Vallarta, donde Ireri Reynoso Sepúlveda, encargada de tienda, quien coincide con otros entrevistados, en el sentido de que todo se originó a raíz de la pandemia.

 

Ellos cuentan con seis trabajadores, y aunque tienen un horario flexible y se les da dos horas para que consuman sus alimentos, muchos comenzaron a renunciar; pero caso curioso, no se fueron durante la pandemia, lo hicieron después de que pasó la emergencia sanitaria.

Muchos se fueron de Uber, buscaron plataformas digitales para no tener un horario fijo ni un jefe a quien obedecer. Ireri Reynoso siente que los empleados se sienten desanimados en cualquier trabajo, sin ánimos, pues dice que tienen meses buscando trabajadores a quienes llaman para entrevista, pero jamás se presentan, ni a esto, pues hasta las entrevistas les genera flojera.

Sin embargo, está consciente que mucha de esta problemática estriba en las motivaciones hacia el trabajador, en darles bonos y apoyo de parte de los jefes, ya que en la actualidad si no se sienten respetados o valorados, simplemente se van. Desgraciadamente a veces terminan en otros trabajos donde se les paga menos, o cambian de fuente cada mes por que no les gusta ninguno.

Lo que no entiende es el por qué muchos trabajadores son flojos, pues, aunque tengan un buen horario o un sueldo justo, se van, “pero ojalá y todo mejore, tanto para las empresas como para los trabajadores, pues al final el trabajo es algo indispensable”.

LOS ALBAÑILES

Por otra parte, Roberto Hernández, quien tiene varios años como encargado de obras, señala que todo ha cambiado entre los trabajadores, sobre todo cuando se trata de un edificio en construcción, donde el trabajo es pesado y más en tiempo de calor pues a veces toca trabajar bajo el sol y hasta en lluvias, pero hasta ahorita él trata de que saquen su trabajo lo mejor posible.

Los albañiles tienen un horario normal, de ocho horas, descansan los domingos y tienen un sueldo decoroso, porque saben lo pesado que es la chamba en la obra y los riesgos que conlleva.

Actualmente, Roberto trae una obra en la cual cuenta con 15 trabajadores a su cargo para que todo salga bien, pues es una construcción de una casa grande, pero también han estado sufriendo con las contrataciones, “pero bien sabemos que para la obra siempre hay trabajadores, no con las mismas ganas de antes, pero por lo menos duran algo de tiempo en lo que terminan alguna construcción”.

Después de la pandemia sí se notó un cambio, agrega Roberto, ya que durante el covid-19 algunas obras y construcciones no pararon, y esto dio pie a que más gente se interesara en entrar a trabajar en este ambiente.  Pero después de pandemia ya la gente buscaba más opciones, tener un mejor sueldo por menos horas. Sin embargo, --comenta—“la obra siempre va a existir y espera trabajadores con ganas de trabajar, porque la paga normalmente en la construcción no es tan mala, pues es que sin ellos no se lograría terminar las mismas, son elementos muy importantes”.

EL RESUMEN

En resumen, la pandemia trajo muchos cambios en la vida de las personas, sobre todo en las empresas, hoteles y restaurantes, pero no queda más que acoplarse, adaptarse, ofrecer sueldos justos como dueños (jefes), más apoyos y horarios que permitan tener una vida más equilibrada y los empleados se sientan valorados. 

Y los trabajadores (gente en general, sobre todo a los jóvenes) deben buscar lo que más les apasiona, pero sin llegar al conformismo, salir adelante y tener una estabilidad tanto emocional como laboral, estudiar, prepararse más cada día; aprender cosas nuevas, motivarse para disfrutar de una buena vida para vivir y no sobrevivir, porque la vida cada día es más cara, pero no es imposible luchar por nuestros sueños. 

 

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