A menos que se sea priista, es casi unánime le reprobada que los ciudadanos le otorgan al representante de gobierno del estado por sus recorridos diarios a los planteles escolares. Va, toma un paquete, se acomoda para la foto en los momentos que un chamaco recibe su dotación de útiles escolares. Ya los expertos opinarán si llegó a niveles de saturar su imagen pública.
El lunes, González Palomera obligó a desmañanar a los reporteros para acudir a la legendaria secundaria ETI 3 cuyo director Faustino de la O Michel preparó un escenario digno para un momento especial. Sí, especia porque será anfitrión de un personaje que viste más de ser un representante del gobierno del estado. Andrés representa al PRI, a su futuro candidato a la alcaldía y Faustino de la O es un profesor que no se resigna abandonar la política. En el trienio 2003-2006, por cierto, con Gustavo González Villaseñor de primer edil, el profesor y director de la ETI fue regidor. Antes y después se apuntó pidiéndole a su partido hacerlo candidato a la alcaldía.
Entonces, el lunes 18, la clase priista eligió una escuela que no representara el riesgo de cruzarse con Ramón Guerrero. La ETI 3 es territorio prohibido para cualquier político ajeno a la militancia priista y su director Faustino de la O Michel lo cuida con celo para reservarlo para los de su partido. Quién sabe si piensa de esa forma se gana otra vez una regiduría, pues nos dicen que mantiene viva esas aspiraciones.
Pero bueno, la camorra entre el Movimiento Ciudadano y los priistas arrancaron hace ya dos semanas cuando se reveló la existencia de un cuaderno donde se plasmó una estrategia para descarrillar a todo proyecto color naranja, especialmente a Enrique Alfaro Ramírez, visto desde el PRI como su peor amenaza. La elite del MC reaccionó con furia y en Puerto Vallarta, su segundo feudo después de Tlajomulco no se iba a quedar callado. Una semana antes abrieron fuego contra el tricolor y el alcalde pidió el honor. A su estilo, reclamo con un “andas en campaña” y tachó de cínico a un contrariado González Palomera que tardó en reaccionar. Eso fue el martes 12 en la inauguración de un tramo de calle en los altos de El Coapinole.
Para empezar, es cierto que González Palomera está en campaña. Es precampaña, que tampoco debería ser, para ser mas preciso. Pero en ambos campos contravienen disposiciones electorales, razón para que en privado se acepte por pos priistas pero en público lo nieguen. Promotores y simpatizantes de Andrés, por largos meses, le reclamaron al gobernador Aristóteles Sandoval Díaz regatearle poder a su representante en Puerto Vallarta. Estaban enojados porque a su “candidato” le impusieron candados para dar chambas y manejar recursos y programas de asistencia social. Empezaban a dudar de qué tanto estaba empeñada la palabra de gobernador y del diputado local, Gustavo González Villaseñor en cumplir el compromiso de imponer al Andy en la candidatura. En los últimos meses se han dado gusto de aplaudir en los actos donde Andrés es la estrella.
No sabemos si es cierto de encuestas o sondeos profesionales que el PRI habría pagado pero sus porristas nos presumen que Andrés está muy por arriba de cualquier otro aspirante a ser alcalde. Necesariamente se incluye aquí a Arturo Dávalos Peña y a Juan José Cuevas García, el primero emecista, el segundo panista.
No se trata de dudar de si hay de menos alguna especie de sondeo, ejercicio sin duda que no cuesta mucho levantarlo en la calle. Tampoco es nuestro empeño negar algo de lo que ni siquiera tenemos evidencia de su existencia. Si Andrés puntea en cualquier indicativo de aceptación popular, como escribe Pepe Botello, qué bien. Pero esa es solo una razón para estar en la puntería de la maquinaria naranja.
Razón suficiente que obliga a invitar a los funcionarios estatales a la autoridad municipal, y ésta está representada por Ramón Guerrero; es que cada uno de los programas sociales y de la obra pública tiene un peso aportado por e gobierno municipal. Solo nos imaginamos el sentimiento que se genera y las conclusiones que se acumulan en la mente de los funcionarios locales, mas el grupo compacto del alcalde, cuando observan fotos en donde aparece el inútil de Roberto Preciado Palomera, titular de la DRSE tomándose fotos en una montaña de almacén de libros, mochilas y otros útiles destinados a los escolapios. En esa carne del hueso a roer prefieren invitar al Beto del Infonavit, de regreso ya al redil de Andrés, que al responsable de la educación municipal. Estas imágenes, de las que tampoco se apartó Andrés, naturalmente que no son del gusto del grupo político que despacha en la administración municipal.
No es mentira que estamos en un escenario netamente electoral. González Palomera hace rondines por todo el municipio y lo mueve sentirse ya candidato a la alcaldía. Ir personalmente a repartir mochilas, libros, otros, lo convierte en un objetivo fijo de los proyectiles que se disparan desde todas partes. Los panistas han preferido quedarse quietos calculando que priistas y emecistas se desgarren entre ellos y salir sanos de esas batallas. Perredistas y partidarios de la Morena, el partido del tabasqueño Manuel Andrés López Obrador no piensan distinto. Todos saben y creen firmemente que Andrés hace campaña a costa de recursos y programas estatales. La chiquillada deja el espacio a los mochilistas para combatir a González Palomera.
Al final, que se ataque a los priistas y se intenta tumbar al virtual candidato es apenas un escenario repetido en Puerto Vallarta que en los municipios de la zona conurbada se sostiene todos los días. Solo que allá, son los priistas los que abren fuego, pero a la inversa, ellos para desbarrancar a Enrique Alfaro.
Después de todo, todo es política. Se apasionan e involucran quienes tienen una apuesta o aspiran a ser considerados en la hipotética nómina. Lo demás es eso, actos públicos con matices político-electoreros que ocurren no cada tres años sino todos los días. Ellos mueven todo y con sus arsenales se proponen modificar circunstancias y escenarios afines a sus proyectos particulares.
¿Y el pueblo? Hombre, solo observadores gratuitos, llevados involuntariamente a un acto de circo con personajes vestidos de tres colores, azules, naranjas, amarillos…
REVOLCADERO
“No debe lucirse él, sino Vallarta” consigna la periodista Martha Ramírez que declaró Andrés González Palomera el lunes en la Secundaria Técnica número 3. Fue generoso el representante del gobernador pues agradeció también las gestiones hechas por el diputado panista, Juan José “el peri” Cuevas García para lograr mas útiles escolares gratis para los estudiantes de primaria y secundaria. El alcalde Ramón Guerrero también fue invitado al mismo acto pero, a sabiendas de que era territorio hostil, leyó la invitación y la tiró al cesto de la basura.***** El martes buscamos a Arturo Dávalos Peña en su oficina del edificio de la UMA. No estaba. Como director de desarrollo Social probablemente hacía alguna visita de campo a algún sitio del municipio. En dos años es la segunda vez que lo buscamos en su oficina. Puede justificar sin duda alguna su ausencia. Justo una semana antes, procuramos, también en su oficina, a Andrés González Palomera. A éste en el edificio de la UNIRSE. En nuestra memoria anotamos que se trata de la cuarta intentona por tratar de localizarlo en su oficina. Antes siquiera saludamos al Chabelo pero en esta ocasión, ni su asistente personal atendía el mostrador. Eso sí “Pancho el chuletas” hace su chamba de ayudante sin sueldo. No tiene nada extraordinario contar lo anterior. Viene a colación por las acusaciones de todos de andar en campaña y la ausencia en las oficinas de los aspirantes del MC y del PRI quizá nos confirmen eso, que los señores andan haciendo campaña en la calle.****** Apenas leímos el martes que el diario Excélsior tomo información producida por Jorge Olmos y éste nos regala detalles de la llamada que le hizo la ya internacionalmente famosa Montana. Se le apareció el chamuco al buen Olmos. Fue el único que se atrevió a meterse a los centros de trabajo de las muchachas encargadas para atender a nuestros diputados federales del PAN en una mansión del sur de la ciudad. Dialogó con la Montana en privado, publicó detalles del encuentro y el resultado fue del gusto de periódicos regionales, estatales y nacionales. En una semana, la información de Olmos de multiplicó por muchos dígitos, alguien le comentó a la Montana y marcó al número del periodista. Solo le reclamó por qué puso en las noticias si ella no le concedió entrevista. Caray, a la Montana se le olvidó que en la grabación de enero, cuando la contrataron y aceptó ir a atender a los notables del PAN, se escucha su nombre. Montana se equivocó de villano. Debe reclamarle a su amiga que, tal vez con algo de imprudencia, gritó su apodo-nombre. Claro, no sabían que eran grabadas por el villano real.
