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Miércoles, 14 Agosto 2013 18:02

Surgen diferencias con Citelum

El contrato de concesión, define a uno de sus principales apartados, el denominado “censo”: es el recuento que el CONCESIONARIO en conjunto con personal del Municipio y de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) llevarán a cabo, dentro de los dos primeros meses de vigencia del Contrato de Concesión, para establecer la cantidad de puntos de luz base del objeto del presente contrato, previo a la sustitución de cualquier parte de la infraestructura en el sistema de Alumbrado Público, determinando el programa calendarizado de sustitución, para el oportuno reconocimiento de la paraestatal y la consecuente modificación de los contratos de suministro de energía eléctrica…”.

Si se apega estrictamente a dicho contenido, el arranque de los trabajos debe partir al concluir el censo. Si es legal o no, ya queda a juicio de las partes. Si se trata de una treta mediática de representantes del gobierno municipal, ya será trabajo de la concesionaria desenmascarar a quien intenta enmascarar el “negocio”. 

Sobre el tema del censo oscilan las diferencias que a últimas fechas sostiene el gobierno municipal con la empresa concesionaria del servicio del alumbrado público. El primero sostiene que las luminarias de parques y otras zonas de la franja turística. Dicha exclusión “es ilegal,” acusa por aparte la empresa. Sin embargo, más allá de los dichos, no queda claro fechas fatales y sigue siendo una montaña de especulaciones respeto a la terminación o no del famoso censo. Pero quienes lo dan por concluido tampoco dan cifras serias lo que permite la danza de los números.   

Primero, nos resulta de mucho asombro que nuestra autoridad municipal entre al campo de las disputas con la empresa a la cual ellos mismos seleccionaron como la mejor opción para otorgar el servicio del alumbrado público de la ciudad. No es el mejor augurio que mucho antes de entregar la responsabilidad a una empresa privada, ésta entre en conflictos con su “cliente”. En los círculos externos solo puede indicar que algo no camina bien.

Es aquella concesión que tantas suspicacias provocaron cuando se le aprobó al primer edil Ramón Guerrero su propuesta de otorgar en concesión el servicio del alumbrado público. La empresa ganadora de la licitación, Citelum de México S.A. de C.V., también arrastró por semanas y meses sospechas de haberse quedado con el negocio por la vía de acuerdos pactados en lo oscurito. Si consideramos el enfriamiento de las relaciones, es decir, los conflictos de los últimos días, pareciera indicar que nada de las sospechas resultaron ciertas y que la empresa ganó la licitación a ley.

Cualquier persona medianamente enterada del manejo de los temas de una licitación publica, sabe que el proceso se lleva a cabo descansando en las bases, ya conocidas por el público y por los interesados. Ya después viene la firma del contrato y en este constan las reglas sobre las que unos y otros van a trabajar. Aquí se vuelven a replantear aspectos torales que ya constan en la licitación, ya sea para reforzarse o para redefinir el compromiso que las partes asumen.

Lo que a ojos de todos, de quienes supieron de la intención y del acuerdo de otorgar la concesión a una empresa privada, también de quienes conocieron las bases de la licitación, que el objeto de la concesión es otorgar en concesión el suministro, instalación, reparación, sustitución, mantenimiento, operatividad, gestión y administración del servicio del alumbrado público y obras asociadas con dicho servicio. Así se indica en el contrato de concesión donde se añade que todo es para el mejoramiento urbano del municipio.

Sin embargo, subsisten dudas razonables. No queda claro si al guardarse información, como por ejemplo la exhibición de las fianzas de garantía, obedece a intenciones oscuras que beneficien a la empresa e inclusive al propio ayuntamiento. En una de esas estamos ante una simulación de las dos partes.

En la clausula 4.1 de dicho contrato se establece que “dentro de los 60 días naturales siguientes a la firma del presente Contrato de Concesión, se llevará a cabo el Censo de Luminarias, con el propósito de determinar las cantidades exactas de luminarias, que serán objeto del presente a efecto de que se ratifique o ajuste la cantidad, que será objeto de los servicios…”.

Enseguida se lee: “el Concesionario iniciará los trabajos de la etapa de renovación, después de haber concluido el Censo señalado en este Contrato. En caso de que sobreviniere Fuerza Mayor o Caso Fortuito que imposibilite la continuación de los trabajos o prestación de los servicios, será motivo de penalización el retrazo que pudiere generarse como consecuencia de lo inconcluso de los trabajos a la no prestación de los servicios atribuibles a los supuestos antes detallados”.

Una repasada al contrato permite destacar de las observaciones que el documento fue cuidadosamente revisado antes de la cascada de firmas. Con eso se pretende reafirmar que nada, o en su defecto muy poco, se ha dejado en el aire y ninguna de las dos partes, ni ayuntamiento ni concesionario, se puede decir sorprendido.

Entonces, son las partes ajenas a dicho documento de obligaciones, la sociedad en su conjunto, quienes pueden expresar el asombro de atestiguar las diferencias exhibidas por las partes.

En otras palabras, las bases de la licitación y el contrato de concesión, contienen lo normal en la serie de acuerdos de compromisos pactados de tal naturaleza. Ahí se incluyen todo lo referido al servicio del alumbrado de Puerto Vallarta. Contienen el llamado Terminación de Meta, a emitirse sin excepción durante la vigencia del contrato. También la obligación de emitirse los certificados de terminación de meta, con su debida acta de recepción, que de ninguna manera modificará las obligaciones del concesionario.

Por otro lado existe la Ley federa sobre Metrología y Normalización. Las partes la refieren pero en circunstancias normales ni siquiera seria necesaria apelar a la misma. Es de conveniencia a la concesionaria, toda vez que de la aplicación de la misma se establece las condiciones para generar utilidades, el ahorro pues, y cumplir las obligaciones contraídas de la empresa concesionaria. La obligación madre tiene que ver con la garantía de un ahorro, toda vez que ya existe la obligación contractual a favor del ayuntamiento, de recibir de Citelum el pago del equivalente al 30 por diento de los ahorro energéticos.

De lo anterior se deprende la obligación de conveniencia de asumir el servicio con equipo de luminarias debidamente certificadas, que cumplan los estándares de las normas oficiales mexicanas. En tanto más se sujeten a dicha normatividad, mas se garantiza el ahorro y cumplir la obligación con ayuntamiento.

No sabemos si las partes se disputan el depósito de la fianza  al primer año, monto que se mantiene en secreto, pero que se sabe es un importe equivalente al 10 por ciento del importe total de la propuesta económica (sin desglose del IVA). El ayuntamiento tendrá libertad de quedarse con la garantía si la concesionaria no cumple sus obligaciones del contrato el primer año.

En resumen, hay números hechos públicos, inclusive sobre el censo donde esos números no cuadran y si es cierto, simplemente se abre más el zanjón de las sospechas de estar ante un negocio gordo.

REVOLCADERO

Cuando en su momento se conoció el interés del gobierno municipal de concesionar el servicio del alumbrado público se advirtió en este espacio que muy pocos experimentos de este tipo han dado resultado en Puerto Vallarta. Muy pocos pronosticaron resultados satisfactorios. Apenas pasaron unos meses y surgieron las primeras desavenencias. Y conste, los problemas vienen contra pronósticos porque al principio quienes se opusieron daban por descontado que atrás del proceso de asignación de la concesión existió “negocio”. Que se sepa, nunca se ha podido comprobar que hubo dinero de por medio al asignar la concesión a la empresa Citelum. No se dispone de mayores datos pero los primeros indicios permiten presumir que la licitación se adjudicó en pleno derecho.***** Se han elevado cuestionamientos al equipo de alumbrado, de luminarias, que propone instalar la empresa en las calles de la ciudad. El balastro electrónico Magnus HID, es un producto expedido por ANCE y tiene el certificado de conformidad. Es decir, cumple la NOM-058. Las luminarias LED también tienen el certificado de producto ANCE; es decir se cumple con la NOM-031-ENER-2012, que apenas entro en vigor en mayo de este año. Es decir, conforme a las obligaciones con el ayuntamiento y al cumplir con las normatividad vigente, nada impide instalar dicho equipo. Se cumple con las certificaciones y se cumple con las especificaciones de las bases de licitación y se apega todo a las disposiciones de la Ley de Metrología y Normalización.****** Por cierto, el secretario general del ayuntamiento, Antonio Pinto Rodríguez es uno de los actores de primer reparto que han entrado en el sainete por el negocio del alumbrado. Los opositores de adentro, sobre todo el síndico Roberto Ascencio y los regidores de oposición, presumen que Pinto esconde algo al fijar una posición de abierto rechazo a la empresa Citelum.

 

Miércoles, 14 Agosto 2013 01:14

El triste final de Pedro Mendoza Verdín

Por Gerardo Sandoval Ortiz

El profesor Pedro Mendoza Verdín solía decir a quienes entablaban charla con él que su vida había cambiado a partir de aquel accidente carretero antes de llegar a Tepic. No mentía, el terrible encontronazo casi le cuesta la vida; su salud quedó menguada; su ascendente carrera en el servicio público literalmente concluyó y lo mismo ocurrió en el magisterio.

El final de la vida del profesor Mendoza Verdín no podía ser más triste. El sábado pasado, un malviviente de la colonia Idipe de Ixtapa irrumpió en su incipiente negocio de la avenida Grandes Lagos y la arrancó la vida. En vida, Pedro Mendoza nunca se distinguió por ceder lo que con tanto esfuerzo había logrado y con su dulcería no fue la excepción. Había invertido con mucho sacrificio parte de sus ahorros en su pequeño negocio y no estaba dispuesto a permitir que un ladronzuelo lo despojara. Con su salud en predicamento opuso férrea resistencia a tal grado que el mozalbete fue obligado a salir corriendo. Pero antes de huir, el ladrón había asestado una herida de mortales consecuencias al docente. Fue auxiliado y llevado a al hospital central del Instituto del Seguro Social pero en el breve camino murió.

Pedro Mendoza Verdín es uno de los muchos profesores que de Nayarit emigraron  a esta región costera de Nayarit. No se amilanaba ante el estricto control político que sobre el magisterio ejercía un grupo de viejos maestros. Sería precisamente su diaria crítica a los grupos controladores del magisterio la principal razón que al cabo de los años lo colocó en la línea de batalla del Partido Acción Nacional.

En el sistema docente Mendoza Verdín fue un maestro cumplidor. Siempre presumió, sobre todo en las fiestas, sociales y escolares, su gusto por la música. Se disgustó cuando una vez lo invitaron a cantar en un evento en un restaurante de Ixtapa que después supo era un mitin priista.

Desde la primera campaña electoral exitosa del PAN, el malogrado profesor ofreció sus conocimientos en el ramo de la educación para aportar su granito a un gobierno al que mucho apostó. Lo invitaron y aceptó gustoso a reorganizar la educación desde la perspectiva del gobierno municipal. Como responsable de dicha área emprendió programas tan exitosos como el “adopta una escuela”. Recibió apoyos de generosos empresarios que construyeron nuevas escuelas y dieron mantenimiento. Siempre administro los recursos con transparencia.

Sin embargo, le ocurrió lo que a muchos nuevos en la política. Se enteró que en el entorno de su partido, el PAN, le nacían enemigos y adversarios, capaz de competirle de una manera no tan decencia. A menos eso decía. 

Hasta sus últimos días, Mendoza Verdín llevó sus diferencias con el también profesor, Carlos Murguía Fregoso y la esposa de éste, la maestra Carina Cibrián. Nunca quedaron en claro cuáles fueron las razones de esta disputa que trascendió más allá de la política del PAN y del ser vicio docente. Lo que se sabe, es que los últimos heredaban os cargos que Mendoza Verdín había ocupado y era constante escuchar la misma razón de Pedro: fui despedido, corrido, cesado por que me echaron grilla Carlos y Carina Cibrián.  

Pedro Mendoza fue antes que Carlos Munguía y que Carina Cibrián jefe de educación municipal, regidor y jefa de la DRSE. Carlos Murguía y Carina iban siempre detrás de él. Repuesto del accidente de carretera, suceso ocurrido poco antes de llegar a Tepic, Mendoza fue reinstalado en la DRSE. Resurgieron sus suelos de cantante y una mañana nos confesó sus alegrías de tener en su agenda fechas para la grabación de otro disco. Sin embargo su salud ya no era la misma y fue removido. Lo nombraron director del nuevo plantel Ixtapa del Conalep. Reclamó por dos años las condiciones que recibían clases un uñado de estudiantes, la mayor parte oriundos de Ixtapa. Sus superiores de enfadaron y decidieron desprenderse de él. Nadie le ha sabido reconocer su entrega a la tarea de mejorar las infames condiciones que por tres años recibieron clases la primera generación del plantel II del Conalep. Hoy, casi una década después, esa escuela tiene su edificio en Ixtapa, a unos metros de la carretera Mojoneras-Ixtapa. Pedro fue su primer director en forma.

Los constantes choques con Carlos Murguía y Carina Cibrián se ampliaron a otros actores del PAN y acusando a su partido de haber abandonado sus principios decidió una discreta partida. Se refugió en cuestiones personales y gozaba de las prestaciones del magisterio al que puede tener derecho uno de los suyos en condiciones como las suyas.   

En la campaña electoral de Salvador González Reséndiz ofreció al PRI su experiencia. Inclusive comentó con un periodista tener la invitación de afiliarse al tricolor. Hay registro de breves participaciones en las mesas de educación en la serie de consultas organizadas en la campaña.

Hasta el sábado creía tener mucho que compartir con los vallartenses. No desechaba siquiera regresar al PAN o incorporarse al PRI. Nos presumió alguna vez tener ofertas de otros partidos políticos.

El sábado pasado, Pedro Mendoza Verdín estaba por cerrar su negocio en Fluvial Vallarta cuando entró un individuo de la peor facha. El mozalbete iba a robar. Se suscitó una fuerte lucha pero, debido a sus condiciones de salud, el profesor llevo la peor parte. Recibió los primeros auxilios pero en el trayecto de diez minutos al hospital del IMSS expiró. En su desesperada huida, su verdugo tiró una credencial del IFE y recogida por los sabuesos de la fiscalía regional fueron al domicilio. Resultó que el chamaco de la fotocredencial negó todo aunque dijo que posiblemente uno de sus dos hermanos la puso en su cangurera. “Los cris”, Cristian, Cristofher y su  hermano menor, viven en el fraccionamiento Idipe, casi a espaldas del mercado o de la cancha de futbol rápido. Uno de ellos se desvela todas las noches cascareando en la cancha de pasto sintético. De corte a rape, tienen una fama en Ixtapa compatible al criminal asalto que terminó acabando con la vida de profesor Mendoza Verdín.

 REVOLCADERO

Aunque al otro lado del río Ameca se reportó intensa movilización de elementos de la Armada de México, no hubo noticias posteriores. Sin embargo, en esa zona del valle, por un lapso de casi una hora se escucharon fuertes ráfagas de armas de alto calibre. Más o menos a la altura del trazo que tendrá la nueva la nueva va que unirá a los dos municipios. Las detonaciones se escucharon hasta las inmediaciones del paraje conocido como Paso del Guayabo. Eso el sábado a eso de las dos o tres de la tarde. Quienes escucharon, se quedaron con la idea de que algo grave ocurría pero como ya es normal, nadie tomó el riesgo de indagar por cuenta propia.***** Nos dicen, y con varias llamadas hemos podido constatar que algo hay de cierto, que el síndico, Roberto Ascencio Castillo ya le aprendió al alcalde, Ramón Guerrero Martínez su estrategia del avestruz australiano. Que el síndico, emula al alcalde y justamente hace lo que tanto decía enojarle del alcalde. ****** El sábado se registró un conato de incendio en el centro nocturno Histeria. Pero ocurrió en horario de descanso. Justo a eso del medio día empezó a salir humo del interior pero más de los ductos. Llamaron a los bomberos. Una patrulla de la policía llegó primero y se estaciona justo en la esquina donde dan vueltas los camiones del Seapal. Le dijeron que moviera la unidad pero no quiso hacer caso. Llegó una ambulancia y atrás el camión de bomberos. La patrulla estorbó las maniobras y ahí se perdieron por lo menos diez minutos. Los testigos criticaron la evidente la torpeza de quien maniobró. No fue todo. Un bombero se tardó casi diez minutos en vestirse y colocarse su vestimenta anticalor. Ya listo, se les trabó la escalera. Y ya lista la escalera, el imberbe tragahumos debió lanzar unas tres veces la manguera de agua hasta que otro elemento situado en la parte de arriba la tomara. Ya estaban listos para combatir el fuego pero justo en eso, se dieron cuenta que el fuego se había extinguido. Para suerte, el conato de incendio consumió el sistema de aires y debido a su aislamiento, se apagó. 

 

No existe documentación probatoria pero la información testimonial disponible establece que apenas en marzo pasado habían sido detenidos en un operativo de alcoholímetro. Luis Aurelio Alcaraz Paredes tripulaba en ese entonces un auto sedan. Arreglaron el problema con los agentes de vialidad, pagaron una multa administrativa y les permitieron reanudar su camino

De la más alta comandancia de la 41 Zona Militar se escuchó la categórica afirmación de que en Puerto Vallarta no se ha reforzado la seguridad.

Hay razones sin duda para afirmar lo anterior. Las fuerzas armadas lo saben. De facto y en la práctica, son ellos quienes han tomado las riendas de la seguridad pública en todo el municipio. Son militares y marinos quienes realizan los cotidianos rondines por las colonias y hasta el centro de la ciudad.

Ahora, sin que nadie lo diga y aunque se note poco, hay un detalle mas grave. La seguridad en la ciudad no solamente no se ha reforzado sino que disminuyó al permitirse sospechosamente el relajamiento de los elementos de la policía municipal.

En la última semana, en dos charlas dos comandantes nos confirman lo que en distintos sectores del municipio se sabe: deliberado o no, poco a poco la ciudad se entrega a la delincuencia. Delincuentes comunes y delincuentes organizados, todos pueden operar a sus anchas sabedores de que los guardianes del orden ni siquiera tienen patrullas en que moverse a un servicio de urgencia. Y si de casualidad llegan a tiempo y los sorprenden, los delincuentes saben que los uniformados no disponen de armas y si el uniformado trae su pistolita, no se anima a disparar por correr el riesgo de que al llegar a su cuartel a Las Juntas le cobren los tiros.

Un comandante decía en una plática informal a un amigo: Mira, si tienes un problema con un vecino, si te peleas en la cantina, si te pegaron pandilleros, si te robaron una gallina, háblame. Pero si hay armas de por medio, no me hables porque si me hablas, nos vamos a ir al cerro.

El mismo comandante hizo una llamada en aquel momento para pedir un auto para moverse de lugar. Estaba en servicio. Tiene grado de comandante, pero semanas atrás le quitaron la patrulla. A un conocido le pidió prestada una cuatrimoto.

En Ixtapa conocemos de otro comandante en idénticas situación. A veces, cuando está de servicio en el turno nocturno, piden permiso en algún vehículo estacionado en la calle y ahí dejan transcurrir la noche. Al amanecer, despiertan, abren la puerta de la camioneta, salen y vuelven a cerrar la puerta. A esa hora cumplieron su turno y se reportan a donde les indiquen. Esa noche no hubo vigilancia.

Es bochornoso, por no decir vergonzoso, las condiciones en que desarrollan su servicio los policías municipales. Esas son razones de mayor rigor para quedarnos con sus identidades.

La tarde de este lunes, varios policías daban la impresión de realizar su rondín por la colonia Los Maestros. Se estancaron en un taller por la carretera a Las Palmas. Habían ido a realizar la oferta para la compra de un vehículo. Eran dos y uno era el comandante. Al cabo de unas dos horas pasó por el sitio una patrulla y los subió. Iban de emergencia; “hay un ahorcado”, gritó un patrullero mientras aceleraba.

Ignoramos que tipo de información posee la 41 Zona Militar. Tampoco sabemos si los jefes de la Zona Naval tienen la misma percepción y comparten la opinión de que en Puerto Vallarta la seguridad  no se ha reforzado. Tampoco sabemos cuáles son las expectativas de las fuerzas armadas, si las corporaciones civiles se comprometieron a reforzar la seguridad o si a partir de un suceso determinado fue necesario redoblar los esfuerzos en esta materia.

Más los marinos que los militares, es cierto que desde hace ya varios años, las fuerzas armadas han ido desplazando poco a poco a la policía municipal de la responsabilidad de brindar seguridad a nativos y turistas. En la zona rural, son las fuerzas armadas quienes llevan las riendas de la seguridad. Patrullas de marinos realizan rondines todos los días en rancherías y colonias del municipio.

En honor a la verdad lo que hay son meras sospechas. A los uniformados de pie les resulta sospechoso que sus superiores les ordenen salir a las calles sin las herramientas necesarias para cumplir su trabajo. Portan pistola como mínimo y algunos traen colgado al hombro un rifle. Estas armas de algo les sirven, de menos para imponer algo de respeto. Sin embargo, eso es engañoso. No tienen permiso para disparar en cualquier situación apremiante. Tiene que ser en un momento donde tengan como garantía la presencia de un superior. La piensan dos veces antes de dispararle a algún ladronzuelo porque en una de esas los obligan sus superiores a pagar el parque gastado.

Sospechan de los superiores porque nadie recuerda una época pasada haber visto a comandantes realizando sus recorridos a pie. Por lo general el comandante tiene asignada una unidad y chofer al volante. En tono de broma, dicen que hasta es preferible andar a pie pues a la patrulla se le tiene medido la gasolina y si no ahorran el combustible pueden quedar varados en alguna calle.

Ningún policía acepta hablar, sobre las razones que descansan sus sospechas. Insinúan, eso sí, que desde los mandos altos cierran oídos y ojos hasta caer en la indolencia. Consideran que todo es intencional a tal grado de configurarse una imagen donde se dibuja el vínculo comprometedor con los malosos. En otras palabras, si a un evento llegan tarde o simplemente no acuden los policías, se debe al pésimo estado de sus patrullas o en su defecto, no disponer de las mismas, y todo lo anterior es por una causa deliberada y simulada.

 

REVOLCADERO

 

En realidad poco creemos en lo siguiente pero nos aseguran que por ahí va la jugada política del alcalde Ramón Guerrero Martínez. Que sacó de la oscura oficina, la número dos de la Oficialía Mayor de Administración, a Diego Franco, sin importar el sacrificio de Héctor Gallegos, para ayudarle a rozarse con las grandes masas de los vallartenses. Es decir, que este señor Franco es uno de los caballitos que prepara el alcalde para promoverlos. Tiene otra carta y es mujer. Es la presidenta del DIF, Magaly Fregoso Ortiz. ****** Luis Munguía, uno de los cuadros del Movimiento Ciudadano que más prometía pero que la suma de sus escándalos privados lo ubicó en una línea decadente, ha dado pasos tratándose de adelantar a los dueños del MC. Desde hace ya algunos meses saltó el charco del río Ameca y ya conformó un comité de su partido en Bahía de Banderas. Supo a tiempo que Enrique Alfaro Ramírez hacía trabajos para ampliar sus redes en todo el occidente del país y se les adelantó. Por ahí aprovechó algunas relaciones familiares y de amigos hasta presumir tener su partidito en Bahía de Banderas. ****** Por cierto, se repiten voces que nos confirman que el director del Seapal, Cesar Abarca Gutiérrez se le está adelantando a Andrés González Palomera. Es prematuro hacer pronóstico pero está demostrado que mucho ayuda en la política estar en un lugar donde se tiene a la mano presupuesto. Mientras Andrés González se les ve negras, con regularidad se declara impotente, si alguien le pide chamba, en el Seapal cada día, se suman verdaderos promotores y activistas del PRI. Son esos cuadros de base quienes al momento de la selección de candidatos resultan decisivos.     

 

 

 

 

Un mes después del último encontronazo Ramón Guerrero vs Roberto Ascencio, alcalde contra el síndico, en el gobierno municipal las aguas parecen tomar su nivel

Por Gerardo Sandoval Ortiz

A la distancia, la información llegó ya al siguiente día. En Quimichis al caer la noche, dos pistoleros mataron a Chalío Bueno y en menos de dos horas, en Mancillas, “el barrio bravo” de Tecuala, por grupo de hombres armados ejecutaron a “el morro” identificado como “el jefe de la plaza” en aquel municipio del norte de Nayarit.

Miércoles, 24 Julio 2013 18:50

El Affaire Mochilas-Gallegos

Por Gerardo Sandoval Ortiz

En aquella la última paseada por Las Palmas, la del 26 de julio de 2011, casi nadie le competía a Héctor Gallegos si se trataba de tener la cercanía y confianza del diputado local en ese entonces, Ramón Guerrero Martínez.

Desde su calurosa celda del reclusorio de Ixtapa, Guadalupe González Rodríguez, “el titán”, clama justicia, exige su liberación y la de sus amigos y reafirma sus señalamientos en contra de otros ejidatarios de Las Palmas y usuarios de la Unidad de Riego. Es uno de los fundadores del Partido Acción Nacional (PAN) en aquella demarcación; y de su diputado local, Juan José Cuevas García, se queja de haberlo abandonado a su suerte cuando le pidió apoyo.

Amparado en el poder que le da ser regidor del Movimiento Ciudadano, el regidor Oscar Ávalos Bernal mantiene en la cárcel a varios ejidatarios que son los legítimos dirigentes de la Unidad de Riego de Las Palmas. Ahora, con un cinismo que raya en lo insultante, afirma que él sólo servía de aparato en dicha asociación.

“El candidato va a ser Andrés” fue el comentario, breve pero firme, del diputado local, Gustavo González Villaseñor.

Nada quiso entender ni aceptar otra posibilidad e inclusive desechó cualquier otra opción priista. Se desentendió también del nombre de Cesar Abarca Gutiérrez, el director general del Seapal que desde la paraestatal hay quienes lo consideran como una oferta electoral atractiva.

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